Yo era entonces una larva, en aquellos tiempos de magia enferma donde Merlín era el señor de los destellos y flourecencia nocturna de la luna, estaba viscosa, apenada, extraña, amorfa y me sentía, no se como decirlo…aun era una larva que encontró amor en un viejo cadáver dentro de sus intestinos mojados en líquidos que apestaban la tierra del panteón dormí, me recostaba entre ellos, me protegía dentro de el, comía, no era yo del todo sano, quise salir a la luz varias beses pero mi piel la sentía descarnarse con tanto dolor que me rehusé…ayer el sepulturero o al menos eso pensé saco del féretro al este cuerpo podrido, expuesto al sol, a los cuervos hambrientos; al bajar un cuervo pensé –‘’porque no subir entre sus patas y esconderme en su negro plumaje?’’, eso hice me escurrí entre sus patas, y me introduje dentro de sus plumas, no me quemaba esa luz asquerosa…anoche me caí en el tronco seco de un árbol, me resbale de ese demonio alado;¿Qué hacer?, ¿Qué debo hacer?, no se que debo, no se que puedo…comencé el capullo cristalino de ceda negra pegado en la corteza de aquel mi hogar, me introduje como enterrándome en lo que al parecer sería una tumba; han pasado días, he meditado a toda hora, no escucho mas que el viento cuando toca…esta mañana sentí romperse no solo la crisálida si no que todo mi cuerpo viscoso se partía con un estruendo comparado con el sonido del pasto de ese pequeño que apenas crece pegado a la tierra; se rompió, y el polvo de magia se regó por todo el desierto, no era yo tal vez mi cuerpo regando el alma seca de la tierra, del mundo de humanos que ya no creen, no era yo, era magia del mago, algo mejor que ser larva, no se que pasa pero siento ser destello de la noche imponente.