Que no te dejen libre
Que te apresen
Que te corten las manos y los labios
Juntemos a los desertores de Antequera
Para invadir la oscura noche de tu cama
Que ninguna gota de sudor resbale a través de tu ropa
Porque mi boca está sedienta de todos tus fluidos
Que para atravesar con un hilo tu columna
Sorban las huestes de San Jorge
El fuego del dragón, Yamata no Orochi,
Que te plantes árbol del conocimiento
Que te mimetices con la doncella Kushinada
Y venga yo cruzado para desenvainar
A tizón, me gane yo tu mano
Que me sepa tus planicies y montañas
Como primigenio geógrafo, inaudito
Que vengan los demonios
Montados en sus esqueléticos jamelgos
Con sus lanzas romanas
Que no te dejen libre
Que te crucifiquen
En la puesta de sol de sus imperios
Que vengas pidiendo de mi cuerpo
Para entrelazarme con tu aroma
Y resucitemos después de sernos uno
Que te trunquen el camino
Y me bañes desde el nacimiento de tus pechos.
Texto agregado el 18-12-2007, y leído por 178
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Lectores Opinan
13-03-2008
tu erotismo es como tus palabras, rebuscadas pero sin sentido, sonrie kalebcillo