-nueva misión Alejandra, debes ir a este lugar, esta secuestrado un empresario muy famoso llamado…-calló un instante, miro el diario y prosiguió- Juan Carlos Catalán. Ten mucho cuidado.-alcanzo a decir Ignacio antes de ser interrumpido por Alejandra.
-lo quieres vivo y el secuestrador es peligroso-dijo a espía con una sonrisa en su rostro.-se lo que debo hacer amigo, no te preocupes, he hecho esto mil veces y nunca me ha pasado nada.
-cuando completes la misión, avísame y te mandaré un helicóptero. Si las cosas se dificultan, no dudes en llamarme y enviare refuerzos.- concluyo Don Ignacio, dueño de la agencia mas prestigiosa de todo el continente americano, que luego de dar todas las armas e indicaciones, se despidió y dejó partir a su mejor espía y detective Alejandra Bustamante, ágil y muy inteligente, esta chica llevaba dos años trabajando en la agencia, donde siempre eran los primeros en salvar vidas.
-adiós hermanito, volveré como siempre, no te preocupes. Aseguro la joven y se fue, dándole un beso en la mejilla a Ignacio, luego hizo lo mismo con Chirley y se marchó.-adiós amiga.-mas lo que la joven no sabia, era que esta seria la misión mas difícil que le tocaría enfrentar.
Ágilmente evadió todas las instalaciones de seguridad que rodeaban la gran empresa donde trabajaba Juan Carlos y donde también lo tenían secuestrado, llegando hasta una sala, que lógicamente era la central de operaciones, ya que miles de pantallitas reflejaban cada uno de los movimientos y también habían miles de botones, parlantes, micrófonos, etc.
De pronto se percató de que una de las cámaras mostraba al secuestrado, en una silla, amarrado y amordazado, también medio dormido.
La chica corrió luego hasta el salón que se apreciaba en la pantalla y sin darse cuenta se vio rodeada por más de 100 encapuchados que intentaron atraparla, pero la joven fue más hábil y en menos de 5 minutos tenía a los hombres en el suelo pidiendo clemencia, pero había un solo problema; el secuestrador y su víctima habían escapado, y en lugar donde se hallaba la silla, ahora quedaba tan solo un papel muy bien doblado que decía: “ no te será tan fácil adivinar donde estoy ahora, nunca me atraparás”
Resignada, pero triste la joven volvió a la agencia, llevando consigo las cintas que habían grabado las cámaras y el papel.
-no te preocupes, ninguna misión es tan simple, siempre hay un gado de dificultad que hay que superar y tu estas preparada para ello.-dijo el jefe intentando subir el animo de la espía.
-además estos secuestradores siempre vuelven a actuar-agregó Chirley.
-gracias, siempre tengo un gran apoyo en ustedes.-respondió la joven.
No era raro ver situaciones de este tipo, ya que entre estos tres jóvenes se daba un gran lazo de amistad, que siempre los mantenía unidos; juntos habían sacado la empresa adelante y la habían situado en el puesto mas alto, dejándola como la mejor agencia en todas América. El motivo, sin duda alguna que había llevado a cabo estos sucesos era que todos los jóvenes tenían pensamientos parecidos, por lo cual no les costaba ponerse de acuerdo, además la mente joven de ellos estaba siempre abierta a nuevas opiniones e ideas y por eso sierpe estaba el espíritu de superación en cada uno.
Con una larga vida por delante, estos chicos no contaban con más de 25 años. Ignacio el mayor, tenia tan solo 22 y al remontarnos en su historia podemos decir que siempre fue un chico astuto, que conseguía siempre lo que quería. Había recibido la agencia a los 18 años como herencia que su padre le había dejado ya que el solo quería descansar y no tenia fuerza para encargarse de la empresa.
Alejandra, que era la que le seguía a Ignacio en edad, tenía 21. Ella siempre fue desde pequeña buena en los estudios, ágil, hábil e inteligente; confiaba en Dios y por ello no tenia miedo en arriesgarse por los demás. La agencia la llamo al ver sus habilidades y ella aceptó, porque los ideales de Ignacio eran muy parecidos a los suyos y decidió así seguir su causa; se fueron haciendo tan amigos, que eran como hermanos.
Y la menor de los tres era Chirley, que llevaba muy poco tiempo trabajando para la agencia tenia tan solo 18 años. Era experta en computación y su misión era casi la más importante, alertar si algún peligro se aproximaba, buscar información, mantener todo en orden. Llevaba tan solo meses trabajando, pero su carácter se acomodo pronto, a los de los demás y esto le permitió hacerse amiga al grupo.
Sus ideales eran hacer el bien, salvar vidas y estar siempre juntos ayudando a quien lo necesitase.
A pesar de todo Alejandra sabía que Chirley tenía razón y que pronto el secuestrador volvería y tenía que estar preparada para ello. Pero una pregunta daba vueltas en su cabeza y aunque pareciera obvia la dio a conocer.
-¿que querrá?
-dinero, poder, la empresa o simplemente al empresario.-contestó Chirley.
- sí, puede ser, pero hay algo que no me cuadra y que me llama la atención.- dijo Ignacio, analizando las cintas.
-¿qué pasa jefe?- pregunto Alejandra.
-es que observa, hay dos encapuchado en la parte por donde tú entraste que no hicieron nada por detenerte; esto puede ser por tres razones: uno, las más improbable es que no te hallan visto, dos, que no quisieron actuar solos por que les dio miedo o tres que te dejaron el paso libre para que cayeras en un trampa y tu les arruinaste el plan.- contesto el jefe intentando ser lo mas sincero, pero lo mas suave posible, para no asustar a la espía que lo miraba con mucha atención.
-¿crees que me quería a mí?
-quizás sea solo mi imaginación, pero no hay que dejar ni siquiera la menor sospecha fuera de este caso. Todo es muy extraño y pienso que esto no va ser tan fácil como lo creíamos.
- finalizo con un tono de misterio y se dirigió a su habitación lento y calmado como si algo le pesara dejando y sus oyentes sorprendidos y asustados.
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