SUAVE PRESENCIA
Y susurro suavemente a mi oído como brisa que refresca los demonios a la orilla del mar y dijo:
Que no son tantos, que cada uno de ellos son un pedacito de tu alma, que aquel día en que dijiste que lo amabas era cierto, aun cuando años después el dolor como fuego al papel consumió todo eso que los unía, que no fue tan grave que abandonaras la seguridad de esa herramienta que de seguro en el futuro un auto del año te adornaría o un viaje a tierras lejanas sumarias, por seguir el camino pobre aquel, que te hacia sonreír al usar tus manos desplegando cada letra, que nunca debas sentir que no debiste alzar la voz y quizás debías seguir la corriente que a muchos en conformidad llevaba, ni pienses ni mucho menos sientas que fuiste una puta cuando tu cuerpo de mujer se expreso libre sobre tu amado, sobre tu amigo o sobre el que sea porque sentir placer no es pecado, y siguió diciendo, tranquila que ese día que de la mano arrancaste con Conny y bailaron toda la noche mientras tus padres desesperados llamaban a la policía, hoy es un lazo con tu hermana que jamás ninguna fuerza publica podrá romper, no fuiste la mejor de tu clase porque estudiar te aburría, pero en el debate en la clase de de educación cívica nadie mas que tu lo ganaba, no era calificado pero tu corazón hinchado por el triunfo marco tu futuro, hablas rápido, te atropellan las ideas, peleas con tus amigos pero sabes reconocer tu equivocación y el perdón no es desconocido para ti en ninguna de las direcciones.
Y dijo con esa misma voz suave, angelical, expeliendo un suave olor que entro en mí y aun no olvido, con su leve presencia dijo: ¿ves? Tú vida en ninguno de los pasos que haz dado ha sido un error, porque de ser así hoy tu sonrisa apagada estaría, Tú fe quebrada en mil pedazos quedaría y tus lazos, los más primarios y los que la vida nos regala aunque sean pocos, son verdaderos y con ellos iras hasta el final. No, en ningún minuto, en ninguna escena de tu vida esta fue un error, quizás estuvo compuesta o formada por eventos no tan perfectos, pero eres parte de esa raza que con cada caída se hacen mas humanos en busca de perfección. Así que lávate la cara y enjuaga esas lágrimas que esta historia aun no termina.
La misma brisa perfecta me invadió y se alejo llevándose mi pena.
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