Cuando se entrelazan mis pestañas veo como se iluminan ante mí tierras extrañas. Veo a la distancia pueblos que habitan sombras, que se mueven presurosas en el frenesí de sus tareas espectrales. Viajo de pueblo en pueblo con mi levitar ligero, persiguiendo a las sombras y a sus estelas vacías, donde la oscuridad parece cobrar vida. Las sombras me reciben con una fiesta de ojos y escrutinios, y decretan su miradas que abandone este delirio. Nunca pude captar el blanco de sus ojos, ni el humear de sus siluetas, pero volveré esta noche a su hogar en las estrellas.
Texto agregado el 16-12-2007, y leído por 118 visitantes. (2 votos)