Tengo 13 años y estudio la educación secundaria. Soy morena, de una mirada triste, llena de melancolía. Muchos sueños han embargado mi alma. Por las noches, me ha gustado contemplar los cielos estrellados, aun cuando las estrellas no se ven; pero yo si las he visto, al menos es lo que he creído.
Creía que el mundo era color de rosa, así me lo habían contado y yo lo había creído. Ahora he querido ver las estrellas, y los colores ver, ni siquiera el arcoris veo, porque sus colores han desaparecido de mi vista y el rosa ha perdido su color, por que de mi piel lo han arrancado.
Cierto día , después de regresar de la escuela, cuando estaba todavía en sexto año de primaria, sonriente llegaba a casa, en la cual mi madre me esperaba; pero ese día ella había salido, sólo mi padrastro se encotraba, ebrio y lleno de lujuria mi débil cuerpo poseía, una y otra vez , como bestia en brama y sedienta, como si de sexo nunca hubiese sabido.
Sus espermas,por mis piernas escurrían, cual torrentes de lodo ,callando mis gritos de agonía.
Los sueños rotos por los aires se esparcían, con lágrimas de sangre mi rostro entristecían.
¿Cuántas veces me tomó? No lo sé, fueron una y otra vez, entre sueños obscuros puedo ver, hasta que mi inconciencia a otro mundo me trasladó.
Desperté en el hospital, donde los médicos me atendían , dando un diagnóstico despiadado: esta niña, por una jauría humana ha sido violada, varios hombre la han poseído y yo sin poder hablar, gritaba, mentiras, no es cierto, sólo ha sido uno. !Mamá, por favor escúchame, tu marido ha sido, quien me ha ultrajado¡!mamá , por qué no me oyes, mamá¡
Mi Madre nunca pudo escucharme, porque yo había quedado muda, mi lengua trabada, no se movía, sólo gemía, como animal enjaulado.
Mi mudez fue desapareciendo, después de muchas terapias, y al contar los hechos a mi madre, nunca me ha creído diciendo que un diagnóstico médico en sus manos tiene y que a su marido, nunca he querido.
La bestia que me mancilló ha huido al país vecino, con el pretexto de que a trabajar a ido.
Hoy mi trágica historia narro, para que las madres puedan ser sabias y nunca confiar en los lobos escondidos, que espermas dejan como veneno en el olvido.
Y las flores, las plantas, los ríos, los mares, el aire que respiramos, ¿acaso no dan testimonio de un ser maravilloso? Por qué hay hombres que en bestias rabiosas se convierten y la obscuridad de sus ojos no alcanzan a distinguir la belleza de las flores, el canto de las aves y en peores que hienas se convierten.
Mis sueños fueron rotos, así como mis vaginales tejidos, y ahora...terribles miedos son como mis latidos, aun las sombras de la noche, mis sueños ha poseído.
La dulzura de la tierna niña, se ha desvanecido, el cielo es obscuro, sin estrellas, sin luna, sin sol, sólo la tierra , gira y gira, como si la vida no existiera, como si el amor del olvido, fuera su compañera. Y la existencia, como un cruel ruido de voces hipócritas, en un mundo pervertido, por el ser racional, poseido de un milagro de luces sin sentido, en bestia salvaje se ha convetido.
¿Dónde encontrar el padre bueno, el abuelo de ternuras , el caballero, tierno, gentil? ¿dónde la madre buena, vigilante en su atalaya, para que los lobos rapaces nunca daño provoquen a sus vástagos amados?
Preguntas sin respuesta, que no quiero escuchar , porque no sé si haya en este espacio sideral.
Hoy anochece otra vez, y las estrellas quiero mirar; pero dónde están, se las han robado, se las han robado, y el cielo negro está, me lo han robado.
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