Mil veces he intentado
decirte que te quiero
mas la ardorosa confesión, mi vida,
se ha vuelto de los labios a mi pecho.
¿Por qué? lo ignoro,
¿por qué? yo no lo entiendo
son blandas tu sonrisa y tu mirada,
dulce es tu voz y al escucharla tiemblo.
ni al verte estoy tranquila,
ni al hablarte serena,
busco frases de amor y no las hallo,
no sé si he de ofenderte y tengo miedo.
callando, pues, me vivo
y amándote en silencio
sin que jamás en tus dormidos ojos
sorprenda de pasión algún destello.
dime si me comprendes,
si amarte no merezco,
di si una imagen en el alma llevas...
mas no... me lo digas... tengo miedo!
pero si el labio calla
con frases de los cielos
deja, mi vida, que tus ojos digan
a mis húmedos ojos... ya te entiendo.
deja escapar del alma
los rítmicos acentos
de esa vaga armonía, cuyas notas
tienen tan solo el corazón por eco.
deja al que va cruzando
por áspero sendero,
que si no halla la luz de la aventura,
tenga la luz de la esperanza al menos.
callemos en buena hora
pues al hablarte tiemblo,
mas deja que las almas, uno a uno,
se cuenten con los ojos sus secretos.
dejemos que se digan
en ráfagas de fuego
confidencias que escuche el infinito
frases mudas de encanto y de misterio.
dejemos, si lo quieren,
que estallen en un beso,
beso puro que engendren las miradas
y suba sin rumor hasta los cielos.
dime así, que me entiendes,
que sientes lo que siento,
que es el porvenir de las flores
y que tan bello por venir es nuestro.
di que verme a tus plantas
es de tu vida el sueño
dime así cuanto quieras... cuanto quieras...
de que me hables... no tengo miedo
ILSE Y GERARDO
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