Te sentarás a mi lado, y tomaré tu mano, sentiré la hierba fresca y con un giro inesperado, contemplaré tu sonrisa, sonaré en el aire “What Sarah Said”.

miré el espejo en la mañana, la música perforaba mis oídos, necesitaba morir unos segundos antes de comenzar un nuevo día, un día que me ayudara a contemplar todo aquello que obvie el día anterior y me ayudara a vivir como siempre había querido, mire la ventana con deseos de volar y luego volví a la cama, me dolía tanto la cabeza y esa escena que se repetía todas las mañanas resultaba ser tan patética como solía decir mamá, “si no te casas con un buen hombre, acabarás por ser nadie, y en las mañanas mirarás el espejo y no te encontrarás, mirarás la calle y te encontraras perdida y cuando pase eso, ya no te consideres mas una Hija mía.”, me dolía tanto la cabeza…tanto, miraba el techo y a mi lado unas pastillas me hacían recobrar las fuerzas de todo lo que antes estaba haciendo, volví a levantarme de la cama y camine al baño moje mi cara, me puse los jeans desteñidos de la semana pasada, y caminé buscando alguna camisa, llegue a la cama y ahí había una camisa arrugada, me la puse, sentía como mis brazos pesaban mas de lo normal camine a la cocina y abrí el refrigerador con esperanzas de encontrar algo y ahí solo había vodka, tome vodka. Caminé hacia el living, la luz me daba en los ojos, sin embargo no me molestaba, luego del quinto sorbo deje la botella en el suelo, miré el techo en el había una especie de arcoíris que reflectaba un rayo de luz a través el vidrio, lo observe durante varios segundos, todo eso era como la abuela solía decir, “Para eso nacimos, para eso críe a tu madre y para eso te criará tu madre a ti, para servir a tu hombre, para amarlo, respetarlo, que seas buena madre y esposa…” sus voces penetraban mi mente, tome la botella y esta vez fue un sorbo largo, miré al techo nuevamente, me quede ahí varios segundos. había comenzado un viaje hermoso, te sentabas junto a mi y te veía durante horas, nos reíamos juntas y me contabas mil historias, me gustaba tanto escucharte, como extraño esos momentos que pasábamos juntas. Cuando yo tomaba tu mano, y tu sonreías entonces nos perdíamos durante horas en la ciudad, sintiéndonos eternas, las gente nos miraba pero como podía importar todo eso, yo iba a tu lado y tu al mío, yo iba junto a ti y te amaba, tu junto a mi y decías amarme, como extraño cuando caminabas cansada y mirabas mis ojos con esperanza de alguna palabra que solucionara todo y yo inventando versos para solucionar la vida, gritando en medio de todo, leyendo poesías en el centro de la ciudad caminando hasta los rincones del mundo, esos que descubrí, esos que quería compartir contigo, como todo lo que tenia para compartir, como extraño…

- ¿Qué haces ahí tirada? – tú voz interrumpió mi recuerdo, ese viaje tan frágil que me alejaba cada mañana de la realidad, que me invitaba a soñar, a seguir viviendo…tomaste la botella de vodka que hace unos segundos besaba con tanto fervor
-¡Otra vez tomando, Mujer!, ¿Qué voy a hacer contigo?, todo lo hago por ti, trabajo todo el día para tí, lo único que pido es una esposa convencional, ¡es mucho pedir para un hombre sacrificado!- me miraste con ojos de lastima y vi una lagrima rodar por tu mejilla, una lagrima que daría paso a la furia en tus ojos, tomaste mi brazo de forma violenta, vi la ira brotar por cada uno de tus poros, de pronto me encontraba sostenida por tu ira y mis pies sobre el suelo…
-¿Qué pretendes?, Mi hermana Silvia te dio un trabajo, arriesgo el suyo propio por ti ¿y tu le pagas de esta forma?, ¿Qué pretendes Mujer, que prendes?, ¿Qué pretendes lograr con esa imagen de niño asexuado, de...de joven de 17? ¿Qué pretendes lograr con esos ojos y ese afán ridículo de usar ropas holgadas?, no has visto acaso a las esposas de mis amigos, ellas si son mujeres. Se dedican tiempo completo a sus hijos y maridos, se visten para ellos, les dan orgullo, en cambio tu, tu no me dejas tocarte hace siglos, no puedo darte un beso por que corres a encerrarte al baño con el pretexto de que estas menstruando, o la depresión, ¿Qué nos esta pasando? Explícame, yo no puedo mas, Explícame Mujer, Explícame!- tus ojos eran violentos igual que tus movimientos, intente decir algo pero no lograba articular nada, peor aún mis movimientos, frente a ti no podía, el temor se mezclaba con mi piel y me hacían esclava de sentimientos grises, ¿Cómo podía explicarte?, recordé las palabra de la tía Nora, “Ella era una buena mujer, su único defecto era que se mentía a si misma, nunca supo reconocer quien era realmente, pobrecita…pobrecita” parecía que ella hubiese dicho eso sabiendo que un día toda esa historia se aplicaría a mi…tú seguías hablando pero mi alma ya no quería dar más, tus palabras rompían lo poco y nada que quedaba de mí, y día tras día me transformaban en alguien que jamás quise ser, miré tus ojos una vez mas y como si al fin yo misma intentara defenderme, cerré mis ojos y volví a mi viaje …
Caminaba con tu mano pequeña entrelazada y sentía como mis pies tocaban el cielo, caminando entre las nubes halle un papel arrugado, nos agachamos y sentamos en el suelo, abrí el papel y te invite a mirarlo conmigo, era un texto en líneas apretadas que cantaban un poema de Emily Dickinson, cuando termine de declamarlo me miraste a los ojos y me besaste, luego dijiste, “Te sentarás a mi lado, y tomaré tu mano, sentiré la hierba fresca y con un giro inesperado, contemplare tú sonrisa, sonará en el aire “What Sarah Said”…y entonces estaremos para siempre juntas…”.