Agonizaba... Añoraba una señal. Unas horas después... Volvió el alma al cuerpo. Dos palabras leí, escuchaba una canción. Dibujaste una sonrisa, el cuerpo se estremeció. Cerré los ojos. Hasta mañana, donde siempre a las 1. [Fin del mensaje].
Texto agregado el 14-12-2007, y leído por 178 visitantes. (4 votos)