Y la falta de aire, puede ser, sí, la que tiene mi lóbulo derecho casi lobotomizado, y el izquierdo digamos que prácticamente necrosado.
Y en estos escasos casos, la cosa se pone interesante ya que todo contenido alguna vez obtenido se vierte sin ton, ni son, ni consideración, lo cual puede generar o bien desconciertos de piano piano (sic), o verdaderos números pentotálicos. Justo abriendo ese espacio donde tú podrías preguntar la cosa mas curiosa y yo contestar.
Y contesto:
Esa parte de mí que no se puede ni asir ni mensurar. La que habita en la suspensión del objeto, saltando. En el espacio entre dos pensamientos, pensando. Y en la percepción del árbol de mi bosque amado que viene a verme con todos mis (los) zapatos puestos. Para que le trepe.
Esa parte.
Ese ángulo escurridizo, perseguido por otro mí y no aludido. Se ríe, me incita, gira la cabeza para animarme..
Esa parte.
Esa, es la fuente de todos mis bienes. Y yo le he arrojado la moneda también, como tú lo hiciste, para pedir fortuna. La suerte está echada. |