Se acerca el día que nace un niño, y debemos saber, antes, que:.
- Nace para todos, permite que ingrese a tu corazón.
- Es Dios, hecho hombre.
- Él nos salvó y vendrá otra vez a salvarnos.
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Esta es mi carta, por Navidad, día en que pensaremos en otras personas; recordando que no están con nosotros, así como de aquellas que nos acompañan; con las que nos enojamos y con aquellas que en pensamiento perdonamos y pedimos perdón.
Día, en que pensaremos de las acciones que hicimos a favor y bienestar de nuestro prójimo, de lo errores que cometimos al ofender o hacer mal a otros.
Reflexionaremos de lo que mentimos con tanta verdad, y decimos verdades que parecen mentira; de las conversaciones que satisfacieron nuestro ego y levantamos el ego de otros; de saber en quien confiamos y en quienes y deseamos conocerlos más y tener armonía.
Entenderemos, que la vida pasa y de cuanto avanzamos; de nuestro éxito y de nuestros fracasos; de nuestro “sufrimiento” por conseguir “algo” y hacemos durar como un “trofeo”; y, de las “cosas” que vinieron con gran facilidad y de la misma forma lo perdimos.
24, última hora de la noche, Dios Padre, se hará un Niño que viene al mundo, inocente y sonriente a estar con nosotros y hacer sentir la verdad en nuestros corazones y llegar a nuestra razón; hacernos sentir su presencia y hacernos sentir que estamos vivos, aquí, hoy y muchos días más para hacer las cosas bien.
Veremos representada, la llegada de Dios, en un Nacimiento, nuestro corazón estará libre para recibirlo, y nuestra comunicación será sincera con un rezo noble, simple, y que reúne a la familia.
Él estará en nuestro hogar presente, sintiéndose feliz porque sabe que hay más personas con la voluntad de amar como Él amó, y celebrará junto a nosotros con la más grandiosa paz y alegría.
Y con Dios en nuestro hogar y acompañándonos en nuestro corazón, meditemos, reflexionemos y descansemos para que el 25, visitemos su templo glorioso y dar aumentar nuestra fe a ese infinito amor que nos da cada día.
Dios Padre, te amo y bendícenos,
Divino Niño Jesús nace siempre en nuestro corazón.
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