Te tomaré entre mis brazos y quedarás herida de muerte (él po).
te besaré en los labios y sin saber de rima ni métrica
aquel beso será mejor que el mejor soneto que hayas escuchado (no faltaba más)
sobrarán estrofas, te lo aseguro, cada beso y cada dedo
que se entreteja en tu cintura, te hará perder la conciencia,
y dormida casi, en este ensueño, pedirás más y mucho más (ja).
Sentirás toda la métrica, toda la esplendidez, toda la furia
en ese cabalgar airoso de esta poesía animada, (no te creo nada)
sufrirás un ataque de lujuria, gritarás por todos los tormentos,
tu alma quedará tendida entre las cobijas (presuntuoso).
Y cuando el reposo llegue y tu pecho ya no se agite, después de este duelo,
dormiremos enlazados, satisfechos, comulgados ya en este rito de cuerpos,
la sed apagada, la boca silente, nuevos vientos henchirán los velámenes
y una vez más, frente a frente, cuerpos y almas desnudos, por una vez más,
el rito de manos dibujando en las sombras, tanteando la dicha sin límites
de transferirnos el amor y el sudor, traspasarnos uno al otro en este intercambio
de cuerpos y espíritus, ambos plenos y libres para ser esclavos absolutos
de esta pasión (nunca habías mentido tanto)...
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