BLOQUEO DISCRETO POR PESTILLO BAJO


Era un baño público, pero claro está, al cincuenta por ciento.

Él era un artista y escritor anónimo que se escondía en el interior del lavabo y sentado sobre una tapa de WC improvisaba una novela que tallaba sobre una puerta ajena en un bar más que familiar.

Todos los asiduos estaban al corriente del enigmático escritor. Algunos atrevidos, con más o menos talento, con mejor o peor intención colaban alguna frase que en ocasiones no venía a cuento ni seguía la trama.

Los capítulos se sucedían a lo largo de la superficie de barniz, en una puerta de color nata, hasta que finalmente el espacio se agotaba. Misteriosamente la puerta desaparecía y otro caballete con bisagras y pestillo ocupaba su lugar, con el barniz aún virgen.

Lo que nadie sospechaba es que esa singular puerta de un WC en Alemania del Este era enviada a una galería de arte en Los Ángeles y expuesta junto a las ya siete anteriores, donde unos adeptos a la literatura y arte Pop idolatraban al “artista” que vendía a precio de oro su obra, por capítulos.

Mientras, el verdadero creador, en un pequeño pueblo del este se deshacía de toda su mierda a punta de navaja en un baño público.