“Maybe, there’s hope”
Fox Mulder
Un ansia pasiva que me lleva a vivir en un mundo de ciencia ficción, sonidos y letras, no más. Ver las cosas desde la perspectiva más solitaria, el sentir más profundo de los que aman y no reciben ese amor de vuelta. No es despecho, no es rencor, no es nada que pueda decir con palabras. Sólo es vacío, un vacío opaco y arrugado, ajado por los soles de las desesperanzas.
Al verlo me desmoroné, supe que sus ojos no se animaban a enfrentar los míos porque sabía, de veras sabía, que mi profundidad iba mucho más allá de lo que él podía soportar. Mostré el dolor en cada palabra, en cada gesto, sin pretender nada, sólo siendo, fluyendo. Lo besé por última vez, se sintió incómodo, y al decirme “nos vemos” no pude más que responder “no digas eso porque sé que no será así”. Me subí a la bici y me fui. Leyó lo que le escribí, lo vi mientras cruzaba una calle que estaba en camino a donde yo me dirigía.
Lo quise, tal vez me cueste desprenderme de todo el dolor que me genera este rechazo. Un dolor que quema y me hace sentir una inválida emocional, que teme ver una vaca por el miedo de haberse quemado con leche. Me quemé más veces de las que alguien puede seportar. Y las quemaduras aún persisten.
¿Por qué seguir creyendo?
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