Con el innegable gesto de la sorpresa la recibió.
Con la indudable actitud del ignorante la desecho.
Con la imperdonable acción del mediocre la agredió.
Y luego;
Con la paupérrima lógica de todos los hombres.
Dudo de la existencia de la alegría.
Texto agregado el 11-12-2007, y leído por 238
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