Inicio / Cuenteros Locales / reni2 / La hija de Rembrandt
Vivía atormentada. Por muchos mirada, por pocos admirada. Acongojada. Fingiendo naturalidad. Recluida. Postrada en una cama dorada inquilina de una inconexa habitación. Lejos de un verdadero hogar. Desnuda. Helada en el frío San Petersburgo. Llena de luz pero vacía. Fecundada en un anuncio de muerte. Maniatada en el amor. Recorriendo oscilantes vaivenes de mayor amargura que otros. Maldiciendo la creación, la erudita inmortalidad de sus agarrotadas formas. Rendida al peso de los días de años que eran siglos.
Al amanecer de uno de ellos, Dánae, hija de Rembrandt, decidió abandonar su cuadro. Cayó desplomada de la cama con las fuerzas en el lindar del olvido, notando la imposibilidad de cualquier otro movimiento. Lloró de rabia, impotente.
El primer empleado de la mañana observó perplejo el cuadro. Dánae se hallaba en el suelo al pie de la cama. Extenuada en su postrero esfuerzo de vida. Congelada de muerte. |
Texto agregado el 01-04-2004, y leído por 163
visitantes. (5 votos)
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Lectores Opinan |
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29-07-2004 |
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Impactante, tiene fuerza, crea sensaciones inimaginables si no lo lees. Me ha encantado, pues es original, muy original y esta muy bien escrito. Saludos. jabani |
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01-04-2004 |
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Hermosa imaginacion. Un punto perecedero de Dane quien huye de la inmortalidad queda atrapada en otra, las dos agenas, pero dentro o fuera del cuadro, hermosa idea. Bien !! adrianu |
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01-04-2004 |
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Muy bueno, maravillosa descripcion, tiene fuerza y belleza yoria |
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