Qué más quieres saber, ¿no intuyes que voy a empezar a contar? La música acompaña, te diré, que me siento Con ánimo de...Y ayer, anteayer, quiero decir, en una de esas casualidades qie me vienen ocurriendo, desde que decidí mi futuro, apareció él, quién es, preguntas: Un tercio de mi vida, nada más, un montón de anhelos hecho bolsa con un muro que es real. Un montón de carne que hubiese bebido hasta verme apunto de vomitarlo todo.
No sé cómo más decilo, pero se me ocurre, creo, si lo pienso un poco, que es un estado, un ánimo, una musicalidad distinta a los otros. Porcupine, recuerdo. Yo fui, pero tú ya habías ido antes, eso creía yo. No hubiese soportado un después, te idealizaba...Y tú a mí, Horacio. Y estábamos tan lejos uno del otro, éramos dos islas una al lado de la otra. Extraños elemetos de deseo, un par de histéricos bailando Canon D de Pachelbell en la pieza de Marcelo, una locura nunca antes, nunca así, nunca más y es lo que siento realmente.
No eres tú, es Pachelbell, no eres tú, es tu cabello y tus brazos, tu engaño, tu indiferencia, mis cabezazos contra la realidad.
Cargando todo esto te encontré, te veías bien, pero yo sé que no lo estás. Este mi golpe, tú sabes, te escondes en él, n círculo vicioso, un par de histéricos, está dicho, imposibles de adorarse al nivel de sus deseos.
Y así, te dejo pasar, querido. Pero vete pronto, que de la podredumbre florece el loto. |