El odio es un licor precioso, un veneno mas caro que el que los borgia,
Pues está hecho con nuestra sangre, nuestra salud, nuestro sueño
Y dos terceras partes de nuestro amor. Es necesario ser avaro con él.
Tomado del Bar del Teatro Matacandelas, Medellín
Desde aquí, a oscuras y en silencio… donde la luz no alcanza, ni se escuchan las palabras de algún curioso.
Desde aquí, enferma de odiarte, en el único rincón donde no me repugna pensarte…
Desde aquí, desde este lugar tan abominable e inhabitable, espero con ansias el día en que pueda salir de nuevo al mundo y arrojar mi corazón a las llamas, exponer sin miedo mis yagas al sol y tener valor para seguir burlándome del amor.
Espero que pronto no tenga que soportar tu presencia en mi vida cotidiana. Entonces me deshago del alcohol que no tomo por mí, y piso los pensamientos trascendentales que vienen con cada cigarrillo consumado. Le doy la espalda a esos retratos, versos e idioteces que llevan tu sello.
Saber que existes me da repulsión, me enferma…porque aun no me he exorcizado, ni he seguido la dieta del amor(Remitirse a Horacio Quiroga). Solo he hecho lo que un humano promedio haría…
Te he visto convertirte en humo con cada cigarrillo que me llevo a la boca. He querido que el etanol me cicatrice las heridas y diluya los recuerdos. Supongo que tengo bastante fe en la química. Incluso me he querido ver en los ojos de otros imbéciles…pero me canso con rapidez.
Estoy hastiada de odiarte y sufrir la traición de mi mente en sueños. Te odio, porque desde ese odio me amo. Pero amanece, y la conciencia me llega de golpe como amenazándome, pidiéndome a gritos que debo reponerme de la frustración anímica que lleva tú nombre.
Yo apenas acepto con desgano, porque jugar a odiarte me es divertido.
Le he dicho a mi conciencia que me deje aborrecerte unos días más, donde tendré tiempo para reunir los clichés, las frasecitas que se dice la gente cuando cree quererse, el amor expresado e inexpresado. Reuniré también lo que no se dice, todo el veneno contenido.
…y finalmente, enciendo una gran fogata con esa montaña de inutilezas que sólo me deja una sonrisita inducida de que todo pasó.
Ya pasó …ya pasó….ya pasó ….
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