Y mirabas esos ojos cerrados, que por no verte no eran ojos. Y hablabas a esos oídos vedados, que no oyeron tus gritos aún estando a tu lado.
Olías a flores y pensaste así debe de oler el cielo... Olvidando que según la doctrina, sólo hay personas buenas en la gloria. Ni animales, ni plantas, ni paisajes. Nada que tenga suficiente importancia, tan sólo algunas personas buenas.
Quizás está en mejor vida pensaste, aunque es difícil, sabiendo que el cielo ni el infierno existen, y si existieran tampoco fue lo suficientemente buena según las reglas para ir allí, solo dejó de existir, dejó de escuchar, de sentir, en fin todo lo que haría una persona que posee algo vivo en aquel recipiente de carne y huesos, pronto seria desintegrada por el tiempo y ya comenzaría a formar parte de la nada, quizás a ocupar un lugar en el mundo de los recuerdos. Pero, ¿Por qué llorar? hacerlo no vale la pena, ya dejó de ser, habría sido mejor llorarla en vida para que de verdad valieran las lágrimas derramadas en su presencia.
Volviste a imaginarla por última vez con el cigarro entre sus labios, que nunca dejaron de escupir mentiras, era como el vicio de el humo dentro de sus pulmones. Mitómana por excelencia ¿no? pero, era lo que amabas de ella, o lo que simplemente te gustaba porque realmente la existencia del amor era muy poco probable ti, eres incapaz de amar al igual que ella.
Solo le diste la espalda a lo que ya no era y que no volvería a ser jamás |