Estamos en la cúspide de palabras. No eruditos somos. Hemos encontrado respuestas a aquel sonido. Las voces que oímos preparan nuestra cama llena de bromelias que han perdido su filo. Todo hemos perdido. Nada hemos preguntado.

Aquel líquido que escurre y moja y come, pudrió miles de imágenes anárquicas, solas y casi ahogadas.
El nombre de la calle donde pasan tus penas ha salvado mi nombre, ese nombre que casi siempre olvido cuando logro escuchar.
Somos todos seres supremos dentro de hormigas de laboratorio, pero tu y yo, somos música que se queda en un eco, en el tiempo, en el por siempre.

En una falacia que amanece obscura y obscura muere, nuestros cuerpos que sumergidos estan en un plasma irreparable, se montan el uno sobre el otro para alcanzar la cima de un cielo. Nunca alcanzamos nada....

Cuando nuestros ojos miran y observan, los mios alcanzan los tuyos y llega una bala de soledad y lastima que no quiero aceptar. Entonces no se como mirarte de nuevo. No quiero hacerlo porque temo ver mi cara.

Solos nacimos. Del agua pudimos nadar y salir, pero te atascas cada vez que quieres olvidar. Hemos devorado relojes. Nuestros pies caminan juntos pero en otra paralela. Podrías ser mi alguien para ser dos.

En una aldea donde solo veo niebla, el aire despeja parabolas que estáticas han dormido y frío siento, al escuchar un eco.