¿Aún me piensas?
¿Te acuerdas de mí?
¿Recuerdas quién soy?
Sé que es absurdo preguntar esto,
cuando es obvio que no estás aquí,
pero es que yo sí me acuerdo de ti,
no puedo olvidarte.

Sé que es ridículo
imaginar que hablo contigo
sabiendo que tu presencia
se ha marchado en silencio,
sin decir nada,
pero es que todavía recuerdo tu aroma
y siento tu cuerpo entre mis brazos,
tu voz cuando me decías que muho te gustaba.

Sé que es tonto de mi parte preguntar esto,
porque sé que no obtendré respuesta,
pues estoy aquí solo,
entre muros de cemento
que congelan mis noches solitarias,
mis más íntimos secretos
y condenan a mis deseos de volver a verte
por ser tan utópicos
como la realidad de una esfinge
viva en el desierto.

Sé que pierdo el tiempo al pensarte,
al seguir queriendo estar contigo.
Sé que es irrisorio conservar la esperanza
cuando no veo ninguna señal tuya,
cuando el vento ya no trae tus palabras
y el sol no quiere calentar
el lado de la cama donde descansabas,
pero no puedo,
no hago más que recordarte y pensarte,
todo porque sólo puedo amarte.