DESHABITADO Llevo el silencio de un extremo al otro, enajenando el cielo de la noche con las mudas señales de tu ausencia. Voy auscultando piedras machacadas, y el follaje encantado de la bruma; buscando rastros que me lleven hasta ti. Viajo ignorando los relieves de tu ausencia; hasta aquí, nadie tuvo la piedad de desmentirla en una lápida. Debajo de la piel no habita nadie; sólo, el terso silencio acechando el estruendo de tus ojos. .
Texto agregado el 10-12-2007, y leído por 148 visitantes. (2 votos)