Destapó mi cráneo y salió a caminar un rato.
Cansada de pensar y estar encerrada, se reveló hacia mi.
Levitó durante el día entre la gente, que miraba y corría despavorida gritando que el apocalipsis llegaba.
Recorrió los mas lindos lugares del microcentro, pasó por la plaza, la iglesia, el museo y la biblioteca.
Estudió todo tipo de rarezas y simplesas del nuevo mundo, pero nada le agradó.
Quizo ser dos en uno otra vez, y volvió. Cerró el cráneo, y me contó sus andanzas.
Mientras tanto yo fumaba.
Pero de verdad salió... Si, me doy cuenta, no me creen...