Inicio / Cuenteros Locales / mariazul11 / POEMA XI
En esa sinfonía de claros y oscuros
sigue transcurriendo tu vida y la mía,
llego al sol un día y palpo su fuego
y de pronto me cubre la más triste noche.
Siento la espuma fresca del mar
que acaricia mi piel descuidadamente,
más surge de repente ese torrente,
que arrastra mi cuerpo hacia el acantilado.
Escucho mi risa, franca, cristalina,
que asemeja tanto la de aquella niña
y en medio del dulce sonido infantil,
se oye un sollozo de mujer vencida.
Con altos y bajos y risas y llantos,
tejo la más rara de las telarañas,
con hilos de seda y gruesas cadenas,
me pierdo en sus vueltas, sin querer salir.
Y sólo deseo sufrir por sus redes,
antes que me suelte y caiga al vacío.
Es la cruel y tierna cárcel
que quiero cobije mis días.
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Texto agregado el 08-12-2007, y leído por 88
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