La muerte fue violada,
me culpan a mi,
¡a mi, un cura!
que locura.
Me persiguen,
me arrinconan
me torturan con culpas
que no son mías,
con arrebatos
que no son propicios en mi,
los demonios me acosan,
trato de escapar de ellos.
Las nubes crean formas irreales,
los cuervos se posan sobre los rosales,
simulando apacible estructura,
ocultando intenciones obscuras,
delatados por sus endemoniados ojos.
La Muerte me encuentra,
me mira de reojo,
me examina una y otra vez.
Finalmente me dice:
"No has sido tú"
me sonríe,
solo me queda devolverle la sonrisa.
La Muerte envía el recado
de detener la insesante búsqueda
del Cura que a la Muerte violó.
Mucho caso no hacen,
es mas creen que se enmoro de mi,
ahora es mi turno de esconderme,
haste que me toque la hora final
aunque no creo que me lleve,
ya que se enamoró
de mi. |