LA INOCENCIA


Las horas caen pesadamente
sobre una mesa vacía
que se apodera de la casa,
llena de ruidos opacos
que chocan contra las paredes
humedas de misterios,
huespedes silenciosos
habitan en la terraza
y salpican melodías
ahogadas de silencios.
Todo se disipa
con la llegada del sol
y el canto de los pajaros,
las horas se detienen
sobre la mesa que ahora,
llena de manos mudas
se alimentan de melancolías
y sobreviven en este mundo,
impregnado de alimentos
vencidos desde ayer.

-Por la ventana veo pasar a un niño que aun puede sonreir-

Entonces
recuesto mi cabeza
sobre la mesa que ahora,
abrazara mi cuerpo desnudo
para sacarme el corazón
y freirlo en una sarten gastada,
mientras las horas caen pesadamente
sobre la inocencia del niño,
que detrás de la ventana espera
con sus dientes ansiosos y definitivos...