Creo que si dejara de comerme las uñas, tal vez, recurriria a metodos mas imaginativos de autodestruccion, como clavarme lapiceras celestes en las aberturas de los codos, o atragantarme con saquitos de té de manzanilla. O quizás me inclinaría a métodos mas románticos, como robarles todas las espinas a las rosas de mi jardin para comerlas con una amarga sopa de lentejas, o secarme los ojos por mirar fijamente al sol para asegurarme de que nadie se lo valla a robar.
De todas maneras, como no soy ningun geometrico "televidente", que profesa lo racional, sino que mas bien me dejo arrastrar por el jugo de lo empirico que exprimen los sueños, seguramente probaría a realizar lo irrealizable. Quedarme contento y destruido recordando como minutos antes metí mi mano entera en mi oreja y extraje de mi cerebro el gusano, cremoso y podrido, que era el mismo que le repetía a mi inconciente a modo de coagulos de sangre y sentimientos esas palabras que tanto me lamente por haber querido inventarlas. Asi como también podría seducir a miles de experiencias de este tipo, solo para hacer valer mi derecho a la autodestruccion, quedarme contento y destruido.
Pero despues de todo lo expuesto, por lo menos por los siguientes minutos que tentaran a la misma tentacion, me conformare con mi simple labor de comerme las uñas.