Dos ideologías debatían su lugar en el mundo. La cuestión era simple. El que ejerciera mejor sus métodos bélicos ganaría terrenos para expandir sus sistemas. El capitalismo y el comunismo, Estados Unidos, China y la URSS. El mundo estaba dividido y fracturado.
La humanidad aun vivía el miedo y la inestabilidad de la guerra fría. El olor a sangre y muerte era todavía tangible. Mientras tanto, en un rincón del mundo, en un pequeño país asiático se encontraba uno de los mayores exponentes del momento en el que se vivía.
Los sonidos y las imágenes hablaban por si solas. Los helicópteros, los aviones, el sonido ensordecedor de los misiles embestidores, las balas, los cuerpos, la sangre, los muertos. No hacia falta escuchar el discurso político de los líderes, la Guerra de Vietnam la vivían los soldados y los vietnamitas, y sus caras eran el vivo reflejo de la realidad.
Abstraídos del mundo, con la sangre borracha y la conciencia olvidada, los soldados experimentaban la guerra. Casi hasta el miedo se había perdido, pues las drogas que los anestesiaban permitían el olvido de las sensaciones. Faltos de cordura arrebataban contra la vida. Incluso sin saber porqué, ellos peleaban. No eran consientes que la delgada línea entre la vida y la muerte que experimentaban se debía a ideas enfrentadas de hombres que no luchaban en el frente, sino que relamían el sabor a sangre desde sus cómodas casas.
Todo el terror que no sentían, o no querían sentir los soldados norteamericanos, lo vivían los vietnamitas. Su país estaba siendo asesinado, junto con sus ideologías. Sin embargo ejercían una violenta defensa. Ellos tampoco eran inmunes a la barbarie que implicaba una guerra. Ellos también mataban y morían, sangraban y hacían sangrar.
La guerra de Vietnam tuvo las características generales de cualquier otra batalla. Al final, una guerra no era más que eso. Gente que mata gente por defender algo que le es propio, o no.
Vietnam se resume al dolor y a la desesperación de la gente que la vivió; de la gente que vivió aquellas playas teñidas por la sangre, las selvas destripadas por los misiles, la destrucción de todo, los amigos, familiares y desconocidos muertos, el dolor del vacio que deja tanta violencia. el resultado del poder y de ideas encontradas y enfrentadas.
|