Que pasó esa mañana en tu vida, que sensación llenó tus anhelos, creíste haber logrado colmar tus deseos, ahora ya nada faltaba, y saliste feliz y optimista.
La calle en realidad era igual que ayer, sombría y ruidosa, la gente a tu lado pasaba ignorando o no viendo la felicidad proclamada casi a gritos, como no notaban tu cambio, no veían en tu rostro la dicha?.
Así llegaste a la oficina donde tampoco nadie se sorprendió al verte, tu repartías sonrisas a todos, que ni cuenta se daban y casi te ignoraban.
Pero estabas feliz, lo sentías y lo disfrutabas pese a que nadie de ello sabía.
Y pasó la jornada aburrida, monótona y larga, las horas se hacían eternas esperando el momente de irte, y el momento llegó y presurosa a tu hogar regresaste.
Allí estaría esa felicidad que nadie había notado, allí al llegar, apurada, al teléfono corriste excitada, y si, allí estaba, en la casilla de mensajes una voz que decía, te quiero. |