Es la filia a tu persona,
tu ego que no razona,
la caída de tus hormonas,
lo que nos unió y creo, creó,
nuestra impoluta cadena
de fraternidad perpetua.
Sin palabras me hablarás,
La ruptura, el deseo,
la desdicha, la felicidad
conmigo y sin mi
las celebrarás.
Soy el fantasma de tu vanidad,
quizá de tu soledad,
compañero de lujuria.
Siempre cuidando,
esculpiendo o escupiendo
tu espalda.
Volando entre enredaderas
del oneroso destino soñador,
pero siempre unidos.
compartimos un
sensual onanismo material
impíos felicidad codiciosa.
Estamos bajo la lluvia
con el mismo cinismo,
y con el mismo cariño
nos hundiremos en el mismo abismo
o tal vez que en el mismo paraíso.
De manía generosa
tomo tu rostro color rosa,
lo protejo del fuego social
aunque ambos muramos
con tal de proteger nuestra dignidad.
Mi amigo como hermano,
como calumnia de mis felicidades,
eres lo sublime,
lo irreversible, lo inolvidable.
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