Es pieza de coleccionista
en un estante disecado,
lleno de polvo, olvidado,
alejado de toda vista.
Es reliquia perdida en los abismos,
en lo profundo de un mar de sentimientos.
Siniestro es el encargo de encontrarlo,
de darle la oportunidad, de rescatarlo.
Pero ya se ha cansado, y malherido
piensa que la función ha terminado.
Su pequeño papel, incomprendido,
fue mágico, mas poco valorado.
Hace ya que se casó con el silencio
y declarándose “cerrado por derribo”,
no deja acercarse a nadie por si acaso,
debido a todo el mal que ya ha sufrido.
Y es que ya no es el de antes.
Mi corazón de papel, por ti ya no arde,
ni por ti, mi ángel, ni por nadie.
Tan sólo prende su fuego al crear versos,
mas hoy las musas se marcharon tras tus besos.
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