Inicio / Cuenteros Locales / mabaco / Oda al instante 4
Ella era alta y delgada, siempre lista. El era así.
Nadie vio la espiral tan nítidamente como ellos.
Nada que explicar, música en óleos.
El desierto se veía venir, en carreta quizás.
Los pueblos aledaños estaban abandonados
El sonido del sol al caer podía cambiarlo todo, el ojo izquierdo parpadeó rápidamente.
Las antenas del insecto volador no eran radares, eran molinos. De la misma manera en que llegamos nos retiramos, sin darnos cuenta
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Texto agregado el 05-12-2007, y leído por 147
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