“Y el cuarto parecía ahora sumido en una copa de oro triste...” (María Luisa Bombal)
Allí una cama de pino desplomada en la amargura. Aquí dos mesitas equidistantes de espacios y de tiempos. Lo monótono convivía bajo esos muros solitarios y expuestos como una conjunción de dolores apagados. Un cielorraso blanco e intransigente descendía hacia el piso, ramificando el encierro en agónicos fantasmas que multiplicaban sus desvelos. En la mañana cada uno se escapaba de esa casa que condensaba sus insatisfacciones, hasta que la noche nuevamente los hundía bajo un aire cobarde y temeroso...
Sin embargo en la penumbra de esa triste habitación, hoy volvían a brindar por otro nuevo aniversario juntos...
Texto agregado el 31-03-2004, y leído por 262
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Lectores Opinan
01-04-2004
UUffff no se si yo ando mas sensible, pero le haz dado al clavo en varios textos con mi persona, muy bueno..;-) LithiorelArkangelOscuro
31-03-2004
La rutina que se quiebra sólo para las ocasiones especiales. La casa que ya no será casa sino eco que reproducirá quejas y lamentos y pedirá a sus dioses que un terremoto la asole para abortar la complicidad que ha erigido en torno suyo la miseria hecha paredes y ventanas... gui
31-03-2004
esto me da rabia e impotencia, ¿las personas actúan raro no? por eso prefiero ser anemona anemona
31-03-2004
Unión sin convicción...más bien dolorosa. Entiendo. rodrigo
31-03-2004
totalmente deacuerdo¡¡
Mis besotes para tí
Un abrazo¡¡¡ monilili