No se lo digas a nadie,
pero anoche hallé
tu cuerpo desnudo sobre mi cama
entre los cojines que sobre ella estaban
y con tu figura sensual
me invitabas a pasar
y acariciar tu piel desnuda
bajo la tenue luz del foco amarillento
que iluminaba mi habitación.

No se lo digas a nadie,
pero ayer mientras dormías
me dijiste 2te amo"
y entre tu sueño
pronunciaste un poema
en el que reclamabas a mi corazón
como tu propiedad eterna
mientras la noche llegaba a su fin.

No se lo digas a nadie,
pero una vez más soñé contigo,
soñé que me abrazabas y me decías al oído
que siempre he sido el ser perfecto para ti.

No se lo digas a nadie,
pero desde aquí te escribo,
este manicomio no es tan feo como crees,
por lo menos te puedo seguir pensando,
no le prohiben a mi ama
volar libre por mi imaginación
y llegar hasta ti.

Hasta la próxima...
Luna...
mi nocturna amante.