PASEO DE FIN DE AÑO.
Sonó mi despertador a las seis menos diez, me levanté de inmediato para llamar a Eliana. Esperé que la campanilla sonara tres veces; esa es nuestra clave para despertarla. Volví al dormitorio a tomarme mi arsenal de mantenimiento.
A saber : una enalaprila, aspirina, atenolol, clorfenamina, hidrocloriatiazida... Debo recordar que el último sorbo de té es para ingerir la gragea de magnesio.
Fui a encender el calefónt; me coloqué un par de rizadores en la chasquilla, para dar tiempo a que el aparato tome conciencia que debe mandar agua caliente hasta mi baño( suposición mía).
Me visto con un pantalón terracota de lino bastante holgado en la cintura; para comer sin remordimientos. Para arriba me coloqué esa polera mantequilla que yo misma me tejí al crochet, porque se que sacará elogios.
No sé para qué conecté el hervidor; si ya sabía que tenía fiaca de tostar pan.
¡No al té!; mejor me serví un yoghourt y un flan de frambuesas; la gragea de magnesio me la tomé con agüita no más .
Arreglo mi bolsita de tela con una toalla, papel higiénico, y un par de bolsas de supermercado para la basura (hábito que heredé de mi madre), por lo que pueda suceder.
Me despido de mi viejo, que podrá seguir durmiendo hasta las ocho diez; bendito él.
Doy la última ojeada a mi cartera; si, si llevo los lentes para cerca, también mi lápiz labial, mi tarjeta BI.P (no sé para qué; si nos llevan y nos traen en el mismo bus. Va mi peineta, mi agenda y el BIC correspondiente, el monedero, mi billetera. Ah y por supuesto el folletín de chistes que no puede faltar en ningún paseo; espero que el bus tenga micrófono.
Tomo el ascensor y salgo, hace un poco de frío a esta hora de la mañana; ya hay seis socias expendo, poco a poco fueron llegando las restantes.
¡Ahí viene el bus!..¡No!..¡Se fue más arriba...porque ya habría tenido qué dar la vuelta!..
Ahora se devolvió... se está metiendo por Valdepeñas..
Fui a preguntarle a Mirella si tenía el número del celular del conductor; efectivamente, la hija de una socia que vino a dejar a su madre en auto; ya estaba comunicándose con él.
Vemos aparecer de nuevo el bus; está retrocediendo por Valdepeñas, ahora vuelve a Apoquindo enfilando hacia la cordillera.
Pasan los minutos...¡Por fin! Ahí viene circundando Las Torres... ¡Bus a la vista!...todos aplaudimos.
Dejamos subir a las que usan bastón y comienza la odisea de ponerse ancha, para que no se aviven las que llegaron tarde y nos ganen los asientos de adelante
Ya instaladas con mi amiga Coca, en los asientos quince y dieciséis, iniciamos nuestro paseo de fin de año, hacia “LA RUTA DE VINO”.
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