Era un día frío de otoño, .Hace ya más de nueve años cuando tu vida asomó a la mía, como el regalo más oportuno y delicado, más sublime y preciado.
Tu llanto entrecortado y temeroso, salió de tu garganta, rápidamente, institivamente.
Después atravesaste las puertas pero antes, traspasaste las barreras de mi corazón , con tu luz abriste el candado de mis recelos, rompiste mi egoísmo ,apenas llamabas con tus sonidos primitivos y querías ese fluido vital llamado leche, leche materna .
Viéndote en mis brazos tan pequeña, comprendí que te amaría para siempre, que viniste al mundo para dejar mi huella, para que traspase en la existencia, por eso digo, aquí estás porque he amado y aquí te cuido porque eres mi destello, mi estrella, contigo aprendo, contigo enseño, contigo comparto, a ti hija amo.
Mientras cada día crecemos , juntas , nuestras almas viven, se consolidan en este lazo inherente.
Eres el sol de mis mañanas que con tus sonrisas , iluminas mi cara , cuando duermes de repente, verte me estremece , eres dulce como un ángel, eres buena , tienes madre.
No puedo explicar en una simple carta cuánto representas , pero trato, hondamente ,de que veas parte de todo aquello que viene de ti.
Siempre estás presente, incondicional, transparente.
Es parte de la naturaleza humana , formar una familia y compartir sentimientos , que a menudo no podemos dar tesis de ellos , solo aparecen porque si.
Y aunque sola me erguí para educarte , con la ayuda de mis padres , tus abuelos , es suficiente, yo te amo, es un sentimiento, eres lo dulce hoy que soy mujer, sos lo más dulce, lo más perfecto en mí.
A mi única hija . A mi hija . |