Me miró, con los ojos llenos de rabia, de dolor, queriendo saber un por qué...
Nunca dejé que nadie se me acercase cuando estaba así...Y le dejé a él...Porque no soportaba su mirada...
Fragmentos desesperados de una vida glaseada con nieve, que cae del mismísimo infierno...
Simplemente un cuerpo, con o sin alma, que necesita que...
Bah.
Me has arrancado el alma... Ahora no pretendas devolvérmela...
Ni diosa de nadie pero esclava de tus palabras... Esclava de una mirada, inocente, de alguien inocente, apenas sin vida, que me pide algo a gritos, que yo no puedo terminar de oir...
Quién diría que llegaría este día.
Todo pasa en diapositiva.
Y me veo a mí misma.
Una carretera ancha, nubes borrosas, andenes desesperados pidiéndome ayuda.
La calle de las mariposas sin color, de las princesas olvidadas.
Quizás debería decir, que soy aquella princesa sin nombre que en tus sueños aparecía, y pasabas pensando en ella días y noches desalmadas...
Mas nunca apareceré en tus sueños, porque tú nunca has existido, ¿o acaso estabas seguro de ello?
No puedes demostrarlo, no puedes demostrar que no eres un sueño en la cabeza de otra persona que te imagina, te esboza, y te hace sonreir, llorar y hasta incluso matar.
Una ciudad sin nombre.
Desde las estrellas, me miras, me sonríes, y vuelvo a perder esa maldita batalla.
Tienes que andar, todo hacia alante, sin mirar qué dejas atrás.
Realmente, no puede no importarme toda la vida que ahora me dejo atrás.
Echo de menos las risas, los abrazos, los momentos de comprensión, que me oigan reir, simplemente, porque no me apetecería llorar...
Ahora voy a retornar a mi sueño profundo, donde nadie puede despertarme.
Si de verdad ves luz en mi sonrisa vacía...
Si de verdad ves inocencia y peso sobre mis pupilas...
Podré despertar.
Gracias por esta vida de lujurias, penas, arrastres y marejadas.
Ahora, no puedo hacer nada más que dejar que el viento me lleve...
Al menos a donde realmente debo estar.
De nuevo dejé que se acercase a mi piel...Simplemente, por el hecho, de que no soportaba su dulce mirada... |