Se despertó la muerte temprano esa mañana dispuesta a trabajar, así que miro su lista Maria Teresa, no era seria difícil de enconarla ya que era la única Maria Teresa en ese pueblo, además la descripción era de una mujer vieja, vieja, vieja con arrugas profundas cabellos largos como hilos de plata ojos cristalinos como el mar y que caminaba lento por el peso de los años. Como Maria Teresa había sido toda su vida una mujer muy generosa, la muerte decidió llevársela de la mejor manera posible mientras dormía, así que se baño se brillo bien el cráneo y se paro junto al armario donde habían 10 capas negras y la muerte siendo ella pensó –hay que me pongo algo que me haga ver bien viva –y después de mucho pensarlo tomo una capa de gran capucha larga de mangas anchas y una guadaña larga y brillante de empuñadura torcida, comprobó su filo y se fue directo a la casa de Maria Teresa atravesó su gran ante jardín mientras los perros le ladraban confundidos ya que no veían nada pero podían percibir ese olor, ese olor a muerte, atraveso el pasollo llego hasta el lecho de Maria Teresa tomo las cobijas y empezó a bajarlas lentamente mientras con la otra mano alzaba su guadaña y justo cuando iba a hincar su golpe mortal, vio que en la cama no había nadie y pensó –¿y ahora que hago?, ¿donde estará esta señora?, me parece el colmo que se aya ido temprano preciso el día de su muerte, -así que tomo la forma humana de un hombre corrite y fue a dispuesta a preguntar sobre Maria Teresa a la primera persona que viera y vio a una mujer de gafas y cabello corto que estaba parada junto a la puerta de su casa sin nada que hacer que mirar la poca gente que pasaba en por la calle –señora usted conoce a la señora Maria teresa que es viejita, viejita, viejita con arrugas profundas cabellos largos como hilos de plata ojos cristalinos como el mar y que camina lentamente por el peso de los años. -Pues claro sumerce que la conozco si somos muy amigas, yo conozco las hijas desde que estaban chiquitinas pero déjeme decirle ella no camina tan lento y eso que esta coja hay si le contara eso fue terrible –si, si me imagino pero podría decirme por favor en donde la encuentro –si claro sumerce con mucho gusto ni que estuviéramos bravos lo que pasa es que ella es una señora lo mas de trabajadora, si le contara eso cunado vivía el difunto marido el señor no hacia pero nada ni siquiera cuidaba a las niñas, pero eso si era un señor los mas de amable imagínese que una ves –si disculpe en donde la puedo encontrar –Hay si que pena con usted es que a veces me distraigo, pues como le decía ella mantenía a su marido y desde esa época se levanta todos los días a las 4:30 de la mañana y se ba a ordeñar al potrero de don Jaime un señor lo mas de buena gente si le contara imagínese que don Jaime –Perdón es que tengo algo de prisa me podría indicar como llego al potreo de don Jaime –Por supuesto mi amor, mire sumerce se ba caminado derechito derechito como una media hora, hasta llegar a un potrero con mucho ganado y alli seguto la encuentra –Gracias -no pero de que, si sumerce sabe que por aquí a la orden cuando se pueda con mucho gusto -la muerte partió y la señora se quedo en puerta pensado; tan raro ese señor yo nunca lo había visto por acá y para que querrá a la señora Maria teresa virgen santísima y se santiguo.
La muerte camino y camino media hora hasta llegar al potrero pero al llegar no la encontró solo encontró un señor ordeñado, el señor lo saludo –muy buenos días sumerce –Buenos días hágame un favor estoy buscando a una señora viejita, viejita, viejita con arrugas profundas cabellos largos como hilos de plata ojos cristalinos como el mar y que camina lentamente por el peso de los años –Pero Claro señor si es la señora Maria teresa venga le cuento pero primero que todo ¿ya desayuno? –no yo no como, quiero decir no tengo hambre –¿no le provoca un vasito de leche reciben ordeñada? –no gracias solo quiero que me diga si se encuentra aquí la señora Maria teresa –pues imagínese que se acabo de ir –¿y adonde se fue? –pues es que ella a sido siempre muy trabajadora entonces ella se levanta todos los días a las 4:30 de la mañana se viene a ayudarme a ordeñar y hacer unos quietitos y ya que estamos en cosecha se va a recoger el maíz a la finca del señor Ernesto –¿y me puede decir como llego a la finca del señor Ernesto? –pues el vive en el otro pueblo solo tiene que caminar derechito esta trocha como una horita mas o menos –gracias –espere tantito antes de que se valla yo le regalo un quesito ya que no quiso desayunar yo si lo veo bien flaco y ojeroso.
La muerte le acepto el queso al señor ya que había sido muy amable y camino y camino y camino a traves de la trocha y al cabo de una hora se encontró un maizal enorme donde seguramente estaría aquella señora recogiendo el maíz se adentro en el maizal para buscarla y de pronto oyó un disparo quieto hay granhijuemichica que hora si lo cogí robándose el maíz, la muerte se asusto y pensó, ahora si me mataron y luego pensó que ya estaba muerta, entonces se quedo quieta a esperar al hombre que se acercaba furiosamente revirando y lansando toda clase de improperios ininteligibles, mientras con una escopeta en la mano –quieto sojeros o le lleno la jeta de plomo, con que buste el granjijuemadre que se me roba el maíz no, -no señor yo estoy buscando una señora viejita, viejita, viejita con arrugas profundas cabellos largos como hilos de plata ojos cristalinos como el mar y que camina lentamente por el peso de los años la ha visto –pus yo la única señora que conozco así como buste me dice es la señora Maria teresa –si ella –pus yo no le creo naa no será mas bien que buste es un ladrón mire no mas que hace con ese queso en la mano fijo fijo se lo robo a don Jaime y ora viene a robarme a mi el maíz no sojeros –no señor ese queso me lo dio don Jaime y me dijo que aquí podía encontrar a la señora Maria teresa cosechando maíz, su maíz –pus ella si estuvo acá por que ella es la única tiene permiso de cogerme el maíz y para que la quiere o que –mmm vengo a darle algo que le mandaron desde muy lejos es algo muy importante y solo se lo puedo dar a ella –bueno pues hay vera si se va lijertico al molino –¿al molino? –si al molino, ese que esta detrás de esa loma, lo que pasa es que ella a sido siempre muy trabajadora entonces ella se levanta todos los días a las 4:30 de la mañana se va a hacer quesos a donde don Jaime y ya que estamos en cosecha viene recoge el maíz pa luego ir a molerlo al molino –gracias señor –cuales gracias ni que hijupuercas lárguese antes de que le meta un tiro en esa jeta.
La muerte salio rápido y vio la empinada loma que le habían indicado y al no ver otra alternativa subió y subió y subió y subió y una ves arriba pudo divisar el molino y bajo y bajo y bajo y bajo de la loma y luego camino y camino y camino hasta que llego al molino, entro sigilosamente, y allí encontro una pequeña mujer joven con la piel tersa cabellos largos como hilos de oro y ojos cristalinos como el mar, estaba moliendo tranquilamente el maíz –¿Maria Teresa? le pregunto, si contesto ella tranquilamente, -¿en que le puedo ayudar? –tenia entendido que usted era diferente que era viejita, viejita, viejita –ah ella es mi abuela le respondió tranquilamente y se quedo mirándolo –supongo que ha vendido a llevársela -¿por que lo dices? le pregunto la muerte –ese queso es de don Jaime –si el me lo regalo –si pero ese queso fue echo esta mañana por mi abuelita ella lo hace todo con mucho amor y esos queso duran por lo menos tres días sin refrigeración usted tiene un olor extraño y no tiene brillo en sus ojos ha venido a matarla verdad –la muerte vio como una lagrima salía por el ojo derecho de la pequeña tan solo una lagrima ella se la seco rápidamente y le dijo –no importa mi abuelita es muy trabajadora y ya es hora de que descanse y por eso no debo entristecerme, ella me ya me lo explico me dijo que a todos nos llega la muerte cuando ya es hora de descansar a si nosotros no queramos –la muerte la miro y le hubiese gustado decirle que no que su albuela vivirá por siempre pero al entender la actitud tan madura de la niña le dijo secamente, -me puedes decir donde esta tu abuela –ya se fue –¿que a donde? –cuando ella acaba de hacer todos los oficios de la mañana se va nadando rió arriba a cuidar un rebaño pequeño de ovejas que tiene, las trasquila para hacer sacos de lana, les cura sus heridas y así descansa mientras llega la hora de almorzar, ¿usted no es tan trabajadora como mi abuela verdad?, ¿a cuantos se a llevado hoy?; la muerte al escuchar esto se sintió frustrada y se quito su disfraz de humano le mostró su verdadera forma a la niña y le dijo lo siento pequeña pero nadie escapa de mi y se fue tan rápido como pudo nadando rió arriba y nado y nado y nado y nado y nado hasta que llego a un gran pastizal donde a lo lejos a una junto a un pequeño rebaño de ovejas estaba una mujer viejita, viejita, viejita con arrugas profundas cabellos largos como hilos de plata ojos cristalinos como el mar y un bastón la mujer le grito –¿usted es la huesuda? ¡creo que llega tarde ya es hora de almorzar mejor nos vemos mañana antes de la cuatro y media! –y dicho esto comenzó a caminar rápidamente tan rápido que aunque la muerte la siguió en un instante la perdió de vista, resignada la muerte se voto en el pasto, suspiro y miro las nubes que pasaban y mientras pensaba ¿por que a mi?, esto nunca me había pasado, odio este trabajo, ¿por que la muerte?, ¿por que la vida? –y pensando y pensando logro entender por que Maria teresa y su nieta estaban tan tranquilas.
Y es como le dijo una ves Maria teresa a su nieta “la vida es para vivirla y si la vives intensamente a cada instante, a la murete le será muy pero muy difícil alcanzarte”.
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