Hoy llegué a mi barrio cargado con muchos paquetes, porque había hecho compras para el seis de enero: día de reyes. Yo tengo algunos sobrinos y por lo tanto son varios regalos que tengo que hacer.
Al llegar a casa sentí un ruido o algo parecido, pero al escuchar con atención era un sollozo lo que sentía. Caminé unos pasos más y en el zaguán de la casa de al lado vi una silueta. Era un niño que resultó ser el vecinito.
Estaba llorando mucho,muchísimo.Dejé los paquetes a un lado y le pregunté que le pasaba. Entre sollozos me contó su tremenda pena.
Me dijo:-vecino, mi abuelita me contó que yo no voy a tener reyes. Ella dijo que soy muy bueno y me porto muy bien, pero mi mamá está enferma y no puede trabajar, y mi papá hace mucho tiempo que se fue de casa. Eso me dijo mi abuela y yo no lo entiendo. Sólo sé que no voy a tener ningún regalito.
Miré para el costado y miré todos mis paquetes y sentí vergüenza, rabia e impotencia. Me fui caminando lentamente hacia mi casa dejando ese niño con su inmenso dolor.
Al otro día,que era seis de enero,sentí unos ruidos. Corrí la cortina de la ventana de mi cuarto y miré al patio de al lado. Vi a mi vecinito con qué alegría le pegaba fuerte a la pelota de fútbol número cinco que los reyes le habían dejado y se me cayó una lágrima.
Ahora estoy pensando qué enojado debe estar mi sobrino(el mayor) conmigo, porque me había pedido una pelota de fútbol número cinco y a mí se me perdió el paquete con su pedido.
Son cosas que pasan...