El demonio me toco,
Me hablo al oído, se metió en mi,
Después de hurgar entre mis costillas salio gritando por mi pecho con entrañas en la boca,
Sus ojos se rompieron en mi piel,
Su cráneo se abrió asta por encima de sus orejas…
Yo me convertía en cuervo, mi cara se cubría de plumas negras mientras mi nariz se rompía para dar paso al pico largo y afilado…
Su cerebro era fascinante, era una especie de maquina; vomitaba cuando se alimentaba de mi carne, me arranco la boca rota que colgaba estorbándole al pico, saco las garra s y me arranco la piel, pronto me vi cubierta en plumas con mi cuerpo de ave.
Me tomo entre sus manos, se quebró una uña y me la dio a tragar, su aliento toco asta las plumas mas pequeñas..
De día soy mujer, llega la noche y vuelo por el cementerio buscando alimento de la mano de mi creador.