Cuando tenía 17 años, conocí un chico que era lo máximo. Me encantaba su forma de andar, su forma de vestir, era todo lo contrario a mi, yo era muy tímida, el era lanzado, a mi no me conocía nadie a el por donde quiera que fuera lo concia todo el mundo. Un día tropecé con el en el pasillo de la escuela, y me sorprendió mucho como me trato, me trato como si yo existiera creo que era el único chico en todo el planeta que sabia de mi existencia. Me pidió perdón y empezamos hablar incluso me pregunto mi nombre y todo. Yo apenas lo creía, como un chico como él, iba a querer saber mi nombre. Entones se lo dije y se sentó a mi lado en clase y se puso hablar conmigo, nos pasamos toda la clase hablando asta el profesor me tuvo que llamar la atención y eso nunca en la vida me había pasado. A partir de ese día, empezó a sentarse al lado mía, decía que yo le había caído muy bien y que desde principio quiso acercarse a mi pero nunca supo como, hasta el choque que tuvimos.

Desde ese día empezamos a salir por hay, yo no tenia muchos amigos así que el me presento a los suyo y poco a poco me fue integrando en la pandilla, era la primera vez después de años que era tan feliz. Por fin tenía amigos y desde que iba con el nadie volvió a meterse conmigo. Ahora yo no sentía envidia por la demás chicas si no todo lo contrario ellas me envidiaban a mí.

Dos mese mas tarde el me pidió que fuéramos novios yo acepte encantada, estaba enamorada de el desde que empezó el instituto. Todas las amigas de el eran muy lanzadas, la verdad, yo no pegaba mucho en ese ambiente, todos fumaban así que un día yo me atreví a probarlo, y no me gusto mucho al principio pero cuando tenia el cigarro me sentía mas importante, mas en rollada incluso mi novio me empezó a ver con otros ojos. Pero ojala nunca lo hubiera hecho porque ese fue el primer paso a mi peor pesadilla.

Mas tarde empecé a fumar porros, no los podía dejar cada vez me sentía mas importante, y pase al siguiente paso, las drogas. En una fiesta me invitaron a cocaína, yo la quise evitar pero cundo la tentación llega no la puedes rechazar. Era como si estuviera volado y me empezó a gustar y todos los sábados yo tenía que comprar. Un día unos amigos me dijeron que me iban a invitar a algo nuevo, algo que nunca tuve que probar, que era lo mas fuerte el caballo.

No tenía dinero suficiente para poder comprar así que empecé a robar. Le robaba a mi madre y mi padre, les robaba a mi familia y mis compañeros de clase. Varias veces en la cárcel metida estuve, hasta que un día mis padres me echaron de casa ya nadie me podía ayudar, yo ya estaba metida. Seguía sin tener dinero para comprar drogas y tuve que hacer algo que jamás me pude imaginar, prostituí mi cuerpo.

Tres años después conocí a un hombre que me quiso ayudar, porque le recordaba a su hija que por culpa de las drogas su cuerpo en el cementerio esta. Poco a poco lo fui perdiendo todo, perdí a mi familia, mis amigos, no tenia nada solo una foto que con cariño guardo. Por culpa de las drogas lo deje todo pero gracias a Manuel es que vivo otra vez el me salvo la vida, si Dios no lo hubiera puesto en mi camino, quizás aun ya no podría contarlo o quién sabe quizás aun estaría en esa mala vida.

Poco a poco fui dejando mi adicción a la drogas, y fui recuperando todo lo que había perdido, mi familia, mis amigos.

Ya hace un año de aquello, fue duro y aun a veces siento la tentación pero Manuel siempre esta ahí para que no recaiga, no se que haría sin el.

Mi consejo es que por muy duro que sea hay que intentarlo, buscar ayuda no hacerlo solos, no dejes que la droga os venza, vencedla ustedes. Yo lo hice y ahora soy otra persona, ya no dependo de nada ni de nadie.