Quizás me cansé de estar atento al vuelto, 
De protegerme de negociantes que me venden, 
De compradores que se rematan, 
De saber que todo es eso 
Libertades sobornadas,	 
Mentiras hechas opciones 
Cobre, plata y oro, 
Ganancias que ganan odios, 
Empleados que miran por TV 
Las vivencias que no viven, 
Vendedores que se suicidan por el cambio monetario 
 
Somos personajes marginados, 
Espíritus que no deciden, 
Minoría en los pueblos, 
Poesías bohemias, actores sin aplausos 
Restos sin faltas. 
 
Quizás me cansé de pedirte que no te creas eso, 
Que no me muestres solo tus hombros caídos, 
Que no compres el espectáculo romano, 
Que te agarres de esa mano y te subas a este globo, 
Y que surja el viaje al que siempre renunciaste. 
 
Sabiendo que pase lo que pase, 
Que vendan lo que vendan, 
Tenemos la tranquilidad, la eternidad, 
De que en cualquier locura nos encontraremos, 
Sin saber que siempre nos estuvimos buscando, 
De querernos acompañados, de vernos juntos. 
 
De no sentirnos marginados ni estúpidos 
Los pocos, los dementes, los no previsibles, 
Los que construimos todo el tiempo este paralelo, 
En el cual no existe más que para nosotros, 
Los que tenemos el permiso universal de cambiar todo 
Sin esperar que abran los bancos ni las casas de cambio. 
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