Si las nubes corren y acaso detrás de ti hay alguien mas –seria tiberio, seria claudio- andarías por allí oculta en vez de huyendo y ¿será que el jabón tiene algo? , el dentífrico guarda –de seguro– más que pasta dental, en los dientes la comida se infecta, se llena todo de sucio, me besas, pero andas impura, como si nada.
Te llenas de algo terrorífico, de una luz que aterriza en mi - porque no me gusta sino ser elusivo- y mi nombre es ese del pasado donde tu no estabas, donde el hilito de Ariadna, allí en el laberinto –y no soy Teseo, ni el minotauro, sino la sangre en la espada, la vela negra vista desde la costa– te digo mi nombre, es inconveniente decirlo. Que encarno, si lo hago me persiguen, me truenan y se escucha mi grito como cohete de celebración, ellos lo hacen, ellos que eres tú y son los tuyos: múltiplos de esa que eres, solo asequible como sospecha de ti, mi amor.
Captada para ser alguien mas en tus fotografías, para ser un signo, un código –un cogito– sobreentendido por aquellos en la noche donde el amo y el esclavo son siempre el mismo.
Por eso, sí bien cambies de espejo o te deshagas de las cutículas de las uñas y pongas tapiz sobre tapiz, serás la marioneta con hilos en la carne, aunque, aunque sea malogrado porque el truco nunca completa la ilusión, tienes – y solo esto – la prorroga de tu mascara, helio en la garganta, suspicacia de inquisidor, mano de verdugo.
¿Qué será? , lo que será será…pero carajo, eso no es sino la fecha – que no es la de hoy – se asemeja a un pie de pagina acerca de otro pie de pagina, es el rescoldo que se apaga por el aire, ¿eso será? Hay tanto aire para solo no respirarle, ah! Ahí! Se ventila todo, en la noche trastornada en infinitud de si misma, como tu, suficiente de ti, en tu imaginaria, vuelta sobre tu sexo sin orificios, pelando nueces con el temblor de hacerte trémula en esas mañanas que llegan a contrapelo de las cortinas, como el invitado de piedra, tocando sin saberse inesperado, insufrible; oyendo la fiesta desde la ventana, viendo personas – sombras entre persianas – así como yo veo todo, desde el umbral sin dar el paso; pero que mas da – a ver si vas naciendo dentro de una gota de lluvia – a ver…¡si mojas! Salpicas.