Y mientras escribo intento descifrar el teclado
Pues se hace difícil identificar los signos
Que darán sentido a este espacio

Un sentido que se borra
Cuando tus palabras filosofan una verdad
A la que le temo, por desconocida
Por cierta... ¡ah!

Siento dolor, desazón
Y mi cuerpo empieza a estremecerse
Mis manos son frías
Y mis ojos más verdes.
Estropean la intenciones de tus imágenes
Idealizadas un poco, quizá.

Me sé triste ... quisiera tener una razón
Concreta, explícita para ti
Pero mis palabras son obsesivas
Mis gestos son crudos, (pero) entendibles
¡si tan sólo hubieras podido observarlos!

Me lamento, pero aún así no me avergüenzo de ello
Son las palabras tan ambiguas que,
Que se saben faltas de aire, de levedad para volar
Se adentran como rocas: pesadas, inadmisibles...

Intento rechazar esa fuerza que me une
A la ventana maldita
A la lluvia anhelada
A la mañana siguiente

Entonces pienso
En dejar de existir por un momento...
Por dos por tres...

Aquí termina: unas palabras absurdas que por desgracia son las primeras que conoces de mí.