Sí, amor...
Bienvenido seas... mientras pienso en nosotros, en el tiempo de nosotros, en el ensoñado reencuentro (frente al mar?) un día cercano, mientras escucho tu voz repitiendo: paciencia...
En ese tono que desarma mis convicciones y mi aprendida táctica.

Ya no peleo por no sentir... ya no me resisto...
Me pierdo en tus ojos, para siempre, me pierdo...

Me rebelo, quisiera que todo fuera diferente, mientras la nostalgia avasalla mis buenas intenciones.
Así, como jugando, te acerqué el corazón
hace ya mucho tiempo, en una primavera...

Sabio de toda cosa, no sabías acaso
ese juego de niña que cubría discreto
con risas inocentes el tremendo secreto.

Estas extrañas circunstancias en las que empiezo a conocerte... este juego mortal de pasiones y ensoñaciones tan cercanas a las fábulas que leo y donde dijeron me escondo.

Y por qué no de ti?
Porque no huyo esta vez, como tantas veces, como siempre...

Qué hay en ti que me cautiva tanto?
Qué ante el que se desbaratan – o desbarato- mis esquemas... y empiezo a sentirlo en cada espacio, en cada frase, muy dentro mío.

Acaso serán tus ojos?

Mujer de pluma ágil y mente brillante
Así me llamaste.
E inspirada y seducida escribo sólo para ti esta vez.