Un sueño … tan real.
Soñé a mamá Dana, a Nando y Katy, con Mari, Salva, Fernando, y Haylin; estaba también mi sobrina Tifany; mis hermanos Marko y Oscar; yo sentado en una silla y algo cansado (no sé de qué, pero me sentía así); estábamos reunidos, era un lugar que ni me imagino donde es; pero en el sueño parecía ser bastante conocido; que llamaba la atención a Salva, que no ingresara a la alcoba. Y todo el sueño, fue toda una realidad.
Sentado, con un vaso de agua tibia, tomando a sorbos (como si estuviera tomando para calmarme); mama Dana, se acerca y pregunta por ella, mi amada; yo algo enojado pero respondiendo con sutileza y evitando no se note ese enojo; le digo que ya vendría y que no tardaba en venir; y luego ella pedía el celular a Nando para comunicarse e insistir, timbró y a su celular, estaba apagado; y dentro de mi y en mi propio silencio me decía, también lo he intentado; y ocultando mi enojo tomé otro sorbo de agua.
Ya eran casi las 7 de la noche; y recordando que había salido temprano como de costumbre (7:00 am), también me había percatado que era sábado, día que no acostumbraba a levantarse temprano; a no ser, que trabajara por emergencia; entonces ocultando aún mi enojo (y eran casi las 8:00 pm), pensaba que ya llegarías porque en el trabajo, que estábas, era tan complicado y quisiste terminarlo de una vez. Y fui a la cocina a servirme otro vaso de agua, esta vez echando solapadamente un poquito de agua de azahar. Mamá Dana, entra y pregunta otra vez, y no era la segunda, no recuerdo que número de vez estaría preguntando y por cada vez que lo hacía, mi enojo era mayor; y pensaba: “que se demore y a mi me falle, aguanto; pero que hagas preocupar a su mamá, me daba rabia".
Salí de la cocina con el vaso en la mano; mi hermano (Marko), filosófico como es; me dice: "que su demora no debe enojarte, que si está cometiendo algún pecado, es su pecado no el tuyo."; y quería continuar, y con el enojo aun contenido le respondí de inmediato "si tiene un pecado haciendo, también será mío; porque considero que es la otra mitad de mi vida, y su equivocación también es mi pecado". Mi hermano Oscar y Nando que conversaba; no entendieron lo que decíamos; pero fueron los que se acercaron para hacerme comprender de tu forma de ser; forma de ser, que antes me repetías y que así eras y nadie podría cambiarte. Me dio más rabia porque estaba seguro que te amaba pero amarte con esa forma de ser, en ese momento, nunca sucedería.
Mamá Dana, se acercó, diciendo: ¿qué pasa?, y ya con el llanto en los ojos; observándome decía; "también amo a Nena, ella es difícil y tiene un corazón duro, te sorprenderás como cambiará cuando se de cuenta que tu la amas, y te sorprenderás mucho más cuando ella cambie, porque sabrá que ella a ti te ama"; levanté la cabeza, y con un movimiento negativo; repetía en mi mente que pasaron muchos años y eso no sucedía cómo quería y entré otra vez en llanto, porque pensaba que capaz nunca sucederá. Su madre me abrazó, y repetía, Dios te puso en el camino de mi hija, eres su destino; si ella no lo quiere me apena también, pero se perderá en su trayectoria. Pensé y en mi mente, rogaba que no sea así; no en forma egoísta para que estés conmigo, sino que pensaba que sino quieres estar conmigo la trayectoria que elijas siempre esté bien y en lo que sea pueda ayudarte. Me calmé y tomé otro sorbo de agua, sentí el azahar fresco y tranquilizador.
Cogí mi celular, estaba bajo la almohada, lo puse ahí porque me sentía vencido porque no contestarías al llamarte y mucho menos llamarías. Me decepcionaba yo mismo porque perdía esa confianza. Me decepcionaba yo mismo y bastante porque estaba celoso de alguien y sospechaba. Me decepcioné antes porque era varios años contigo y no cambiábamos. Me decepcioné yo, porque no cambiaba en avanzar profesionalmente y económicamente dedicado por cambiarte tu forma de ser así que siempre repetías; Me decepcioné también yo porque no veías algo estable en mi. Pero, ahora me decepcionaba porque eran varios años y no nos conocíamos tan profundamente en nuestra relación social. En ese recuerdo de decepción, ví la hora en la pantalla del celular: era las 9:30 pm.
Pensaba, que, si decidiste, en este día tan especial, no estar conmigo y tampoco con tu familia; pues era porque tenías algo mucho más importante que hacer; pero me mataba por dentro porque la selección de lo importante no tenías bien en claro; pero no tenía que ser yo quien 'malogre' la reunión de hoy; al parecer solo mamá Dana y yo, nos percatábamos de tu ausencia, de ahí todos sonreían y se preparaban para dar la bienvenida. Nando, se acerca y me extiende el vaso y la botella de vino para servirme y compartir, Oscar me abraza (y no es de tomar) me dice tomas un vaso e inicio también yo; Marko con la forma de pensar, me recuerda que el 'trago hace olvidar las penas'.
No terminaba de tomar el primer vaso, con sorbos lentos, que ya se quejaban porque me demoraba y me decían salud a cada rato; y de pronto un suspiro fuerte, hinchando el pecho y dándome un pequeño golpe para tranquilizarme; el corazón se oprime, para luego dar un latido fuerte y empezar a acelerar. Me puse intranquilo. Y en mi mente venía un porqué. Me disculpe con el grupo y fui al baño. Me mojé la cara y el pelo. Jugaba haciendo rostros en el espejo, mientras hacía suspiros fuertes para tranquilizar al corazón, que me indicaba que vendrías con una actitud, de esas que sorprenden; lo malo de ese aviso del corazón con respecto a su actitud o sus formas de proceder no indica si es buena o es mala. No necesito calcular cual es la que más haces, pero tenía que confiar que por ser un día especial, no cometerías un error tan grande. Temía. Y quería saber que estarías haciendo; o al menos si era buena o mala.
Mis corazonadas me indicaban eso, que estás haciendo algo; y obvio, que ese algo que hacías era bueno para ti siempre por tu forma de ser, obvio que era importante para ti a tu forma de ser; pero lo que siempre temía que eso bueno o importante en sus mayoría de veces era muy triste y doloroso para mí.
No deseaba llorar y me resistía hacerlo. El celo que tenía era a la imaginación de las personas que te ocupaban y te invitaban a salir esas grandes reuniones. Confiaba y no confiaba, el corazón sabe cómo decirlo. Para mí, el corazón no se equivoca, he tenido ese 'don' contigo. No estoy celoso de tu amor. Estoy celoso de tu tiempo, por a quienes les compartes. Estoy celoso de tu espacio, porque conmigo estás muy poco. Y lo peor, que ambos celos son entradas a los celos que todos tienen, los celos de amor. No lo niego, ya lo siento. Porque ya no compartes tu tiempo y espacio a quienes quieres como amigos; es que siento que compartes tu tiempo y espacio a un amigo que quieres. Y estoy perdiendo. Eso está sucediendo. Yo, te estoy perdiendo. Pensaba.
En mi trance de pensar, y estar celoso; la resistencia a llorar se quebró; empieza la primera lágrima y alguien toca la puerta. ¡Saldré en un momento!. Desde fuera, alguien grita, diciendo que ya llega la hora, no la vaya a pasar en el baño; escucho un mar de risas que retumban mis oídos y siento la burla en general, pero una pequeña voz pegada a la puerta: "!tío, no estás llorando, verdad?. ¡Quiero darte un abrazo ya van a hacer las doce!." De ahí varias voces de los niños, gritan "tío sal, falta poquísimo, los regalos". Y recuerdo que no puse ningún regalo bajo el árbol. Y eran las 10 de la noche.
Salgo del baño, con la cara húmeda y bien peinado. Mis ojos están disimulados del casi empezar a llorar por un bostezo que indica (mintiendo) que estoy con sueño. Mamá Dana, me abraza y me dice que no me preocupara, pero la veo preocupada a ella también. Voy a la alcoba, abro el ropero y no veo los regalos que compramos. Me pongo a pensar donde puedes haberlo dejado. ¡Encima esto!, decía. Busco en cada cajón, bajo la cama, dentro de cada caja que hay encima de ropero, entre los colgadores; no hay. Y otra vez el latido del corazón, un suspiro fuerte, un latido fuerte y se acelera. Golpeo el pecho para calmar.
Levanto la almohada, cojo el celular, y veo un mensaje: "estoy llevando una persona a la casa". En mí, pienso, un amigo o amiga será. Me siento. Decido no timbrar y continúo leyendo: "ya no tardo en llegar.". Quise apagar el celular. Salir y tomar el primer taxi e irme a un lugar donde podría estar solo. Dormir. Llorar. No sé. Y en el día siguiente ella sin verme y sin verla. No pelearemos y luego conversaremos para saber que sucedió. Vibra el celular. Otro mensaje: "Disculpa, el tráfico está horrible. No llegaremos a tiempo". Que rabia. Con quién estará. Decido salir y el corazón se empieza a palpitar y tener que dar suspiros fuertes y de paso tranquilizarme. Pienso mal de quien amo y eso me asusta. Pierdo la confianza y sé que eso es lo principal para estar juntos. Siempre me mantuve firme que ella es mi destino como mi esposa y formar una familia. Otra reunión con este percance. Otro día que debió ser hermoso, apagado por su ausencia. Un nuevo cambio para decirnos y pedirnos para lo que viene y no está presente.
Yo la amo. No quiero ser tonto. Pensaré en ella. Nos perdonamos de nuestro último error y decidimos cambiar; ella demostró que cambio en su forma de ser y yo cambié en dedicarme más a mi trabajo, estamos nivelados. La confianza que perdía, en estas breves horas de toda una vida que tenemos, en pensamiento lo fui cambiando. Lo que me dijo mi hermano y mamá Dana, lo tomé como las actitudes que realizan las personas para hacer pensar y hacerte combatir contra tu propia desconfianza. Cambiamos muchos, estuvimos separadas por un año y nos dimos cuenta que somos el uno para el otro. Nos amamos y nos confiamos. La amistad que formamos se extendió más allá hasta que se formó una relación. Inconvenientes tuvimos y tendremos, y nuestra compatibilidad será la que supere cada uno de ellos. Dirán que somos como el agua y el aceite, pero tales elementos son cristalinos como nosotros; cristalinos y puros formados por el tiempo. Somos del mismo signo, que nos permite las mismas ideas y progreso; por eso siendo o no agua y aceite, somos elementos para formar cualquier alimento; y nosotros como tal formaremos un hogar lleno de elementos como el agua y el aceite, pero que comparten características mucho mejores que la de estar mezclados y no entendidos.
Pienso positivo. Hemos pasado por un comienzo no formal; la relación social que no entregábamos se fue abriendo y sabiendo. La familia se ha perdonado y unido. La familia está feliz, de ella y mía. Ambos están felices por nosotros. Hemos planeado una boda, hemos planeado un hijo o hija. Ella me quiere y ama. Ahora me lo dice, y no solo en palabras sino en actos. Y me pongo, a pensar, que tanto estuve preocupado toda estas horas, y en ese positivismo pensé que todo lo que estuve pasando este día no puede afectar nuestra relación. Desconfié y me di cuenta que no debía. Tuve miedo, tampoco debí sentirlo. No debí llorar, aunque me merecía por el pensamiento traicionero, al igual que el tiempo. ¡Uy!, el tiempo, que hora es, 11:00 de la noche. Me paré, puse un poco de colonia en la mano, me eché en el cuello. Me puse la camisa, que me regaló por mi cumpleaños, encuentro el reloj dorado y me lo pongo. Saco el vestido que le gusta tanto y lo pongo sobre la cama, cerca ahí, el juego de aretes, y lo tacos que le hacen juego al vestido, y pienso: "amor, llega pronto que ya vamos a empezar. te amo". Y un suspiro fuerte para tranquilizarme, y el corazón responde con un latido fuerte otra vez. Escucho que suena el timbre.
Con el celular en la mano, marco su número, está timbrando pero no contesta, intento de nuevo, y responde: "hola amor, estás bien, disculpa, adivina con quien vengo". Deseaba que la sorpresa sea vista por toda la familia; la desconfianza ya no existía, el miedo desapareció; el corazón latía, previniendo a cuidarme de la emoción. "amor, no me imagino, pero debe ser alguien importante". Estaba en la puerta de la casa, saliendo del taxi que las trajeron, pedía que bajara para ayudarla con algunos paquetes, y se disculpó por lo regalos que comprábamos y que lo ocultó, los motivos me lo explicaría después. Ya no estaba enojado, le dije que ya bajaba en este momento y cortamos.
Salí de la habitación, y me percaté que mis hermanos bajaron para colaborar; ella entró, vi que saludaba a mamá Dana y a sus hermanos; se acercó a mi, con el vestido puesto de la mañana, hermosa y sonriente; los labios pintados de color rojo carmín con un delineado marrón. Sus ojos grandes que siempre brillan y donde veo y confirmo que ella me ama. Su cabello negro ondulado que con una de sus manos coge un poco y juega coquetamente y acercándose a mi despacio se disculpa por haberme preocupado, me besa intensamente y respondo el beso además de abrazarla por la cintura y tomar su espalda; le digo que la amo; me abraza fuertemente, siento el latido de su corazón, y me doy cuenta que ella tiene una gran sorpresa para mi; está emocionada y bastante alegre; toda esa alegría y emoción me contagia, me llena el alma y corazón cansado de latir, se serena y da un salto fuerte para que toque el pecho de ella, que lo llega a sentir; y muy suave y con su hermosa forma de sus labios, respiro un aliento fresco que acompaña además de una frase que me gusta escuchar: “también te amo y mucho” y el corazón da un latido para indicarme que esa frase viene con una sinceridad del otro corazón, que es su otra mitad.
Me toma de la mano, y me lleva a la habitación; ¡ven!, tienes que ponerte el saco del terno; me dejo llevar; mientras abro el protector del terno, retiro el saco y demoro en ponerme y acomodarme; es un tiempo corto; pero describir lo que en ese momento ella se cambió el vestido que puse sobre la cama; fue un encanto; paraíso era esa alcoba, que ahora olía a su perfume, anonadado quedé por su hermosa belleza y siempre quedaba así; me mira y me pide que me acerque, me da un beso otra vez, me dice que me ama y me agradece porque también la ame. La ayudo con el vestido, y en cada movimiento que hago o hace, coqueteamos juntos, y nos damos cortos besos. Se peina rápido, levanta el cabello mostrando su largo y delgado cuello, y me acerco para besarla ahí también, me ama y la amo. Da la vuelta, me abraza, otra vez repite que me ama (me sorprendo porque nos lo decimos varias veces) y me dice que falta poco, nos están esperando, y que a nuestra invitada no la haremos esperar. En mi mente, pensé otra vez, nunca debí desconfiar. Y, ¿nuestra invitada?
Ella sale primero de la habitación, yo sin imaginar quien pueda ser ‘nuestra’ invitada; veo a mis hermanos tranquilos, pero con una sonrisa delatadora. Mi sobrina, se acerca a mí y me coge de la mano. Mama Dana, se acerca; me agradece por ser un buen muchacho; y Nando con Katy, también tiene esa cara delatadora. Corazón me avisaste, y te quedaste tranquilo, espero que la emoción no me haga llorar de alegría. Ella, se acerca rápido, se pone en cuclillas, la levanta el rostro, y le pide, señora no llore; me doy cuenta de quien se trata; después del descanso del corazón, éste de nuevo empieza a palpitar despacio, la emoción se conecta con nuestra invitada, me pongo de cuclillas junto a mi amada; y veo el rostro, hermoso, comprensible y sereno; aun con las lágrimas; mi amor se levanta y se pone tras mío; miro a los ojos de nuestra invitada, ella también me ama, también lo veo en sus ojos; y también la amo como nadie puede imaginar. Me acerco más a ella, le doy los besos como cuando estábamos juntos, en la frente y en sus mejillas. Le doy mi pañuelo para esas lágrimas que tienen ya la bendición. Y le agradezco por estar con nosotros, por compartir este día y año que se acaba. Es mi mamá.
El llanto de alegría que tuvimos; fue porque cuando ya estamos comprometidos, dejamos de lado a la familia con quien antes vivimos. Sé que es un proceso de la vida. Se que las madres no concuerdan con los hijos en su relación. Mi madre nunca se opuso a mi relación con la persona a quien ahora me acompaña, más bien, la enorgullecía. No entendía porque siempre tenía una frase para no reunirnos y conocerla. Pienso que fue el orgullo.
Ahora nuestro, compromiso es más fuerte; y llegando las 12:00 sonaron los cuetes y se veían las bombardas en el cielo que era la celebración de un nuevo año; pero mi amada y yo celebramos la unión de las familias; los abrazos se iniciaron con la personas que mandaron en cada familia, con una grandiosa forma de entregar ese amistad; los niños preguntando si ya podían abrir sus regalos; mi amada y yo prometiéndonos a un compromiso de amor, y pidiendo el deseo en cada uva que nos dábamos en la boca; nuestros hermanos, diciendo salud a todos. Di la bienvenida a este nuevo año a mis tres grandes amores, de quienes empezará una nueva forma de vivir y existir.
Mi mamá Hemi y mamá Dana; las veía conversar como grandes amigas; en verdad que se entendían, y era recién el primer día. Mis hermanos con Nando también compartían historias y se comprendían. Los niños jugaban con la mirada vigilante de Katy, que en cada grupo entraba en momentos a conversar con su forma de ser; que en un momento se acercó a nosotros y en voz baja nos dijo: tengo un secreto para ustedes.
Ser sirvieron las copas con champagne, la mesa tenía el alimento para todos los que estábamos ahí; y ella me dice, ¡también para los que van a llegar!; y me imaginaba que hoy era un día mucho más familiar, la familia había aumentado a nuestra unión. Todo estaba bien, la comunicación y el diálogo fluía. ¿Qué?, ¿para los que van a llegar? Y tocan el timbre, y desde abajo suena un silbido familiar. Mi sobrina la reconoce; Heylin cerca de la cortina ve de quien se trata; y diciendo que no sabía de quienes eran; mi sobrina sobresaltada le dice que es su mamá. Mis hermanas llegaron también a la reunión.
Y este sábado, último día del año, pasado las primeras horas del día, bailando entre familia; ella se acerca un momento a mi; que estoy parado en un lado y viendo el escenario de alegría a distancia, ella pregunta ¡ahora, que estás pensando!. Y por mi mente pasaba todo lo bueno y lo malo que nos has pasado y vivido; y lo que tendremos que superar como futura familia con una flor nueva y viva. Y a su pregunta, la tomo de los brazos, le doy vuelta para que su espalda se recueste sobre mi pecho, bajo un poco el cuerpo, ella se posa sobre mi; mi mentón sobre su hombro y como un poeta le hablo al oído:
Mira ahí, a quienes son una familia,
reunidos hoy por una gran amistad,
y que se demuestra en este día
que todos nos queremos de verdad.
Tuvimos muchos inconvenientes,
que nos separó un eterno año,
si Él decidió para ser parientes,
no habrá alma que nos haga daño.
Y fíjate en cada niño su travesura,
esa es su formación y naturaleza,
y al tener también nuestra ternura,
verás que será nuestra fortaleza.
Yo te extraño, te quiero y te amo,
pasan los años y contigo estaré,
amor mío, sé que sientes lo mismo
por eso a ti Nunca te Olvidaré.
Luego, le di un beso cerca de la oreja, despacio dije que la amaba y la quería mucho; y le agradecí a Dios de la hermosa e inteligente mujer que estaría a mi lado para toda la vida.
.... Y desperté. Ella a mi lado.
Fredy HF (c) 2007 |