We chase misprinted lies
We face the path of time
And yet I fight
And yet I fight
This battle all alone
No one to cry to
No place to call home

Oooh… Oooh…
Oooh… Oooh…

My gift of self is raped
My privacy is racked
And yet I find
And yet I find
Repeating in my head
If I can't be my own
I'd feel better dead

Oooh… Oooh…
Oooh… Oooh…

Tarde en gris y áspero. Ruta. Regresando a una casa vacía y fría.
Deseando encontrar un poco de paz, me concentro en la imagen etérea de los árboles levemente iluminados por un sol que se aleja presuroso y cansado; fijo mis ojos en el gris pavimento que tapiza esta ruta que va al sur y pienso. Pienso en pensar. Pienso en nada. Pienso en notas musicales desgastadas, en fragmentos de canciones que ya ni recuerdo. Pienso en Nutshell. Ayer te decía que era una de mis canciones preferidas –“la primer canción que escuché de Alice fue Man in the Box, después Bleed the Freak, que resultó ser una de mis favoritas, pero Nutshell, con Nutshell es diferente…”-
Hoy llegué y la escuché, una y otra vez. La canté, toqué sus acordes, rememoré pasajes que creí olvidados. Mi mente en blanco; niña-mujer de quince años recién cumplidos, buscando abrirse camino, encontrando el mar. Buscando las palabras, calculando las historias, comenzando a contar aquellos cuentos que hablaban poco y mucho, topándome con quien soy, mi esencia, mi estigma.
Se que mi mente no saciará nunca su sed de presagios desafortunados, de cofradías de pequeños mentirosos, de augurios de mala muerte. Se que quizás una y otra vez vuelva a ser la malcontenta, por unos instantes o unas horas. Pero confío en que volveré a sonreír con ansías hasta que se resquebrajen mis labios, hasta que tus ojos se cansen de mirarme sonreír por vos.
Quizás esta serie de eventos desafortunados confluye con repeticiones al infinito, quizás no… pero realmente, ni siquiera me importa. Se quien soy, y soy feliz con ello. Al fin me encontré. ¿Te parece bien?