Hay instantes que son indisolubles, irrepetibles, particulares, la vida perece estar hecha de instantes, o por lo menos esa es la impresión que nos da la memoria. Cuando recordamos cosas, recordamos instantes, buenos, malos y otros indiferentes, esos instantes condensan imágenes, olores, sentimientos y sensaciones.
En un instante pueden pasar inimaginables cosas por la mente y el cuerpo. Como explicarte que todo se detiene salvo ese instante, como explicarte que la vos del que me esta hablando en ese momento o mejor dicho en el momento inmediatamente anterior se va desvaneciendo hasta perder sonido, sentido y coherencia. Como explicarte las miles de preguntas y respuestas que pueden cruzarse indetenibles, insoportables, traidoras. Como explicarte que se trueca, que se traiciona mezquinamente el sentimiento y el impulso, por la razón. La razón vacía, la razón hueca, la razón estúpida.
Como explicar la hermosa frustración masoquista y cobarde de dejarte ir, impoluta, perfecta , virgen, anónima. Como explicarte esa batalla brutal, intima, donde mi avanzada se repliega, mis soldados se acobardan, mi general me abandona y quedo solo casi rendido viéndote desfilar victoriosa, desafiante, orgullosa. Hoy me ganaste otra batalla. pero no será la única.
Mi victoria no consiste en verte derrotada, mi victoria consiste en el instante en que leas esta carta de rendición incondicional.
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