¡Maldita seas! mente obsesionada que no me permites arrojar al cajón del olvido su rostro divino.
¡Maldita seas! imaginación viva que no me libras de historias de una vida con él no vivida.
¡Maldito seas! amor invisible, existente solo en los albores de mi mente.
¿Dónde está? Ese hombre que en el primer minuto conquistó mi diminuto mundo.
Obsesión dañina que me tortura día tras día.
Locura que me envuelve en un amor endeble.
Amar sin ser amada es la condena de una obsesionada.
Texto agregado el 28-11-2007, y leído por 133
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Lectores Opinan
17-02-2010
Demasiada fuerza que se va sin concretarse. La última frase es genial, pero hay algo que no me checa. Prinzessin