Soy la luz
Que canta en el camino
La que brilla entre tinieblas
Soy huella entre tus labios
Déjame correr entre ti,
Y mi palabra te sentirá,
Deja que mi voz se escuche,
La verdad pura de un amor,
El sentido de nuestra vida misma.

Soy la luz de tus manos
La sombra que jamás veras,
Que se pierde con el rastro,
Adiós no diremos nunca mas.
Soy el ultimo crepúsculo,
El ultimo negro atardecer,
Porque los pájaros cantaran,
Cuando tus ojos me lloraran,
Esta mano se queda aquí contigo.

Soy esa luz
Y entre tu corazón entro,
Como un visitante nocturno,
Y grito fuertemente
Y te beso lentamente
Y no me oyes,
Y no me sientes
Como si no fuese tu imagen,
Tal como si muriese,
Como si dejara este mundo

Déjame decir
Yo no me apago en este mundo,
Solo yo no le temo a las tinieblas,
No tengo miedo de la oscuridad,
De la fría muerte,
De la maldad,
De tu adiós,
De mi llanto en soledad,
Solo luchare por tu ideal,
Por un deseo puro de nuestra libertad.

Somos como uno,
Y a la vez nos dividimos para muchos,
Los que alguna vez fueron ciegos y bruscos,
Son ahora, fieles al grito que hoy escucho,
La voz entre las palmas,
El rayo entre sus almas,
El canto de miles de masas,
La libertad, ella es mi esperanza.

No le temo al fin,
No le temo al adiós,
Mas solo le temo a este mundo,
Que cada vez mas me apaga con su candor.
No le temo a un epilogo,
Como bien lo haría este sordo poeta,
Mas bien le temo a un mundo esclavo,
De su propia mentira, de su propio adiós.

Soy tu luz mundo mío,
Esa luz que jamás dejara de brillar,
Pues gritaremos juntos Libertad!
Hasta que nuestras gargantas dejen de cantar.
Seremos uno, una hermandad,
Un mundo sin esclavos,
Sin miedos,
Y si por las armas lo vencemos,
Que mas da, si hoy al fin libres seremos.

Soy tu luz mundo,
Porque hoy, un nuevo ser ha nacido.
Y es que ahora,
Será pues ahora,
Y nunca dejara de ser ahora…
Que esta luz nunca se apague.